¿Tienen algún tipo de conexión estas dos célebres estatuas? Ambas
contienen una simbología propia que caracterizan diferentes momentos históricos.
La Justicia
La Estatua de la Justicia es a menudo representada con la
imagen de una diosa/mujer impasible y
poderosa, que representa a la diosa griega Astrea que personifica la justicia
en el mundo de los mortales que tendrá su equivalente mitológico en Roma con la
diosa Iustitia.
Desde el siglo XV, la Dama de la Justicia ha sido a menudo
representada con los ojos vendados. Así, la venda en los ojos representa una justicia
impartida sin favoritismos. Sin embargo, las primeras monedas romanas
representan a Iustitia con los ojos descubiertos. Es curioso que para griegos y
romanos La Fortuna (el destino) distribuía “caprichosamente” justicia y por
dicha razón la espada de Némesis debía
ejercer la venganza, utilizando su espada, para reponer la justicia distributiva.
La balanza suspendida en su mano derecha mide la fuerza de
apoyo de un caso y la oposición. El concepto de la balanza se remonta al
Antiguo Egipto. Allí, el difunto
entregaba a Anubis su corazón, con las buenas obras, y este lo colocaba sobre
uno de los platos de una balanza. Sobre el otro ponía la “Pluma de Verdad”, una
pluma de avestruz, que contenía las malas obras cometidas durante la vida
terrenal. Si el corazón pasaba la prueba, si pesaba más que la pluma, los tres
dioses permitían al alma acceder al Yarú ( la otra vida en la civilización
egipcia).
También se la retrata portando una espada de dos filos en su
mano izquierda que simboliza el poder de
la razón y la justicia. El arma es el poder ejecutivo, la fuerza coercitiva que
logra se respete la ley. Se considera que nadie la respetaría sin mantener el
uso de la espada que puede estar reposando o en alto para golpear.
Victor Hugo dirá: “una justicia que tiene una balanza en la
mano izquierda y una espada en la mano derecha es una injusticia”.
La Libertad
La Estatua de la Libertad, es uno de los monumentos más
famosos de Nueva York, de los Estados Unidos y de todo el mundo. Fue un regalo
de los franceses a los estadounidenses en 1886 para conmemorar el centenario de
la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de
amistad entre las dos naciones.
Representa la libertad y emancipación con respecto a la
opresión. La esencia de su simbolismo está en El Siglo de las Luces y en el
movimiento masón que tanta influencia tuvo en Francia y en Estados Unidos.
Desde su inauguración en 1886, la estatua fue la primera visión que tenían los
inmigrantes europeos al llegar a Estados Unidos tras su travesía por el océano
Atlántico. En términos arquitectónicos, la estatua recuerda al famoso Coloso de
Rodas.
Frédéric Auguste Bartholdi, fue el escultor de la estatua y
la estructura interna fue diseñada por el ingeniero Alexandre Gustave
Eiffel. No fue casualidad ni los autores, ni el sitio
elegido para la estatua, ni su orientación al Este (Europa).
Bartholdi optó, para coronar la cabeza de la estatua, por
una diadema de rayos solares, los rayos que salen de la corona representan los
7 continentes y los 7 mares (concepción antigua).en lugar del característico
gorro frigio con el que siempre se había ataviado a la diosa Libertas.
Los siete rayos forman parte de un concepto teosófico que se
encuentra en algunas religiones y doctrinas esotéricas. En Occidente se encuentra
en la doctrina del gnosticismo. En los inicios del siglo diecinueve los siete
rayos aparecieron de forma más elaborada en las enseñanzas de la teosofía,
primero presentadas por Helena Blavatsky y posteriormente por el maestro
tibetano Djwhal Khul a través de Alice Bailey, basados ambos en la teoría
hilozoísta. Según los teósofos, ese concepto ya se encontraba en la religión
hinduista.
La diadema recuerda a la que portaba Helios, personificación
del Sol en la mitología griega. La estatua blande
en su mano derecha una antorcha encendida, mantenida en alto. La antorcha nos
remite al siglo de las luces, aunque algunos lo consideran un símbolo francmasón. En su mano izquierda sostiene una tablilla, que sujeta cerca de su cuerpo. La
tablilla evoca la ley o el derecho, y tiene grabada la fecha de la firma de la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos, escrita en números romanos:
JULY IV MDCCLXXVI. Al pie de la estructura se encuentran cadenas rotas que
simbolizan la libertad. La estatua está orientada hacia el Este, es decir hacia
Europa, con la que los Estados Unidos comparten pasado y valores.
En la base del monumento, una placa de bronce lleva grabada
una parte (el final) del soneto de la poetisa estadounidense Emma Lazarus
titulado The New Colossus (El nuevo coloso). La placa de bronce no estaba
cuando se inauguró, sino que se añadió en 1903. A continuación se muestra el
comienzo del poema que está inscrito en la placa, y su traducción al español:
El Nuevo Coloso
No como el mítico gigante griego de bronce,
De miembros conquistadores a horcajadas de tierra a tierra;
Aquí en nuestras puertas del ocaso bañadas por el mar se
erguirá.
Una poderosa mujer con una antorcha cuya llama
Es el relámpago aprisionado, y su nombre.
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