Érase una vez, un lobo llamado PODEMOS que estaba financiado por regímenes nefandos: Venezuela, Irán, Cuba. Escondían sus dientes para atentar contra “la propiedad privada” que, con tanto esfuerzo y cavilaciones habían logrado los corderos. El lobo deseaba estatalizar las grandes empresas para que el Estado no dejara libertad a los individuos para privatizar la tierra, la salud, la energía, el aire y el agua.
Los corderos (PP-PSOE-Ciudadanos, PNV, CIU y ex de I.U) eran
blancos y muy limpios ¡daba gusto verlos!. Tan amables y sonrientes que siempre
tenían palabras de agradecimiento para el segundo rebaño de corderos al que
denominaban “plebe”. Todos, incluso el lobo, podían cada cuatro años elegir a
sus gobernantes. Era un sistema democrático y libre, donde el voto de cualquier
analfabeto político valía lo mismo que el de un ilustrado. Así, el sistema era
tan cojonudo que siempre ganaban los mismos y cuando, escasas veces, no sucedía
así pues se hacían unos bloqueos económicos, sabotajes y golpes de Estado que
reconducían a la plebe a su actitud
prudente y moderada. Debían saber que las actitudes radicales y exaltadas del
lobo eran malas para todos y que la plebe debía estar segura en el redil y
olvidarse de proyectos populistas y fantasiosos. Asentar la seguridad porque la plebe era de puro buena/tonta.
Había también un pastor al que denominaban IBEX 35 que, a su
vez, era un siervo del dueño de todas aquellas tierras y de otras muy lejanas
al que se referían con varios nombres: SICAVS, TRANSNACIONALES, CAPITAL, pero
su nombre verdadero era SIÓN/SATANÁS. Su patria era el dinero, nunca quiso
comprar vivienda habitual.
Un buen día, se preparaban las elecciones y las encuestas
daban un fuerte ascenso al lobo/Podemos, ya que la “crisis” (causada desde el
exterior o del interior según conviniera) había propiciado mucho paro y
recortes de todo tipo entre la plebe. Además, existía mucha corrupción y aunque
eso, en el fondo les importaba un rábano a casi todos, sí el que escaseara el
pasto para comer.
El bipartidismo PP-PSOE empezaba a tambalearse y el pastor
IBEX consideró oportuno y ventajoso crear una tercera opción: Ciudadanos, que
renegara de PP-PSOE y, también, del lobo. Ellos eran del Centro, como la mayoría del pueblo español,
como la Falange que era de todos los españoles y estaba mucho más allá de
diestras o siniestras. El Caudillo dejó todo atado y bien atado y abrió el
camino a una guiada transición política del fascismo a la Unión del Centro
Democrático/ Suárez, de aquí al CDS (otra vez Centro Democrático y Social) y los
arribistas recalaron entre PSOE y PP (centro izquierda o centro derecha). Al
final, el resultado, todos de derechas, digo de CENTRO.
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