En España fue Podemos, el partido liderado por Pablo Iglesias quien habló de la necesidad de reestructurar la deuda española, mientras las empresas, los inversores, las firmas de análisis y los partidos “sensatos” advertían de las peligrosas consecuencias de llevar a cabo esta medida. Pues bien, resulta que Europa está quebrada, su banca lo está y el dinero se sigue inventando. Hay que dar una patada a la pelota y que siga rodando. Es decir, seguir con una política de más de lo mismo sin enmendar errores y eso se aprecia cuando Manuel Valls se presenta a las primarias socialistas para poder aspirar a las elecciones presidenciales en Francia. Los Republicanos franceses presentan a Francois Fillon, ambos son partidarios de duras reformas económicas en contra de la clase obrera. ¿Puede, entonces, extrañarles que gane Le Pain o pierda Renzi, en Italia, el referéndum constitucional?.
Wolfgang Munchau apunta que no hay “nada de pòlémico” en declarar que si la deuda es insostenible, necesita ser reestructurada o en “cuestionar las instituciones y políticas de la zona euro” si el euro va a provocar “décadas de sufrimiento”.
"La tragedia actual de la zona euro es el sentido de resignación cuando los partidos de centro izquierda y centro derecha están dejando a Europa hundirse en el equivalente económico de un invierno nuclear", asegura. Para Munchau los líderes europeos recuerdan a una María Antonieta que, ante las protestas de los franceses hambrientos tras una mala cosecha, dijo: "Si no tienen pan, que coman brioche"... Ya sabemos en qué derivó la protesta francesa y dónde acabó la cabeza de la reina.
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