El Evangelio de Mateo
cita: ‘Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en
graneros, y sin embargo vuestro Padre celestial las almenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?
A los seres humanos nos
parece maravillosa esta parábola pero nunca nos la terminamos de creer. No nos fíamos porque nos falta fe.
Nos
sucede como el chiste del ‘Eco’ que contaba el humorista Eugenio en donde un
tipo que cae al precipicio y tiene la fortuna de agarrarse a una rama, chilla desesperadamente:
¿hay alguien?. Una voz profunda, penetrante, con personalidad le dice: ‘Sí,
hijo mío, está Dios’. Sigue mis instrucciones, sin miedo suelta tus manos,
déjate caer al vacío que antes de que tu cuerpo se estrelle, mandaré unos
ángeles que vencerán la Ley de la gravedad y te remontarán al punto de partida.
El hombre contesta. ‘¡Vale!, pero ¿hay alguien más?
Tenemos miedo de casi
todo y nuestro corazón nos grita que seamos capaces de volar, de dar un paso al
vacío como Indiana Jones, PERO la realidad nos vence y nos apunta que no
debemos construir ‘Castillos en el aire’ (hermosa canción de Alberto Cortez)
Quiso volar igual que
las gaviotas,
Libre en el aire, por el
aire libre
Y los demás dijeron, “¡pobre
idiota,
No sabe que volar es
imposible’
Estaba buscando temas
musicales en youtube cuando, por casualidad o no, escuché este regalo para los
oídos que deseo compartir con vosotros.
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