José Luis es un excelente compañero de trabajo. Su aspecto
es de un hombre duro y me ha sorprendido el amor, la sensibilidad y la profunda
admiración que encierran las páginas de este libro.
El autor señala: “Medallas en el corazón es una novela que
surge para homenajear la figura de Gino Bartali, ganador de tres Giros de
Italia y dos Tours de Francia. Un deportista acusado de ser 'el ciclista del
Duce' por la instrumentalización política que Mussolini realizó de este mítico
ciclista. Sin embargo, un diario fue la fuente para descubrir, ya muerto Gino
Bartali, que colaboró activamente en la red DELASEUM, que logró que más de
ochocientos judíos evitaran los campos de concentración”.
La novela plantea la originalidad de sustituir los capítulos
por las etapas. Además, es una novela muy visual, muy cinematográfica. Personalmente, me
conduce a películas italianas tan maravillosas como ‘La vida es bella’ o ‘Cinema
Paradiso’ que descubren el mejor lado humano que encierran muchos individuos.
Frente a la barbarie fascista, la lucha secreta y anónima de muchos seres por
salvar vidas y, en el caso, de Gino Bartali, como un auténtico cristiano: “no
dejando que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”.
Hijo de campesinos, abandona pronto la escuela y comienza a
trabajar en un taller de bicicletas como aprendiz. Su jefe/su amigo,
Casademonti, pronto se da cuenta que ese niño goza de unas cualidades innatas
para el ciclismo. Es un diamante en bruto al que hay que pulir. Gino ya no
añora el colegio, el destino le ha llevado a descubrir su pasión por la
bicicleta.
Comienza a ganar sus primeras carreras y entra en el
profesionalismo. En su juventud duda entre elegir la vía del ciclismo o la
sacerdotal, pues es un hombre muy religioso que siempre requiere los consejos
de Don Franchesco, su confesor y amigo. Ante la duda en la elección de su vida,
el cura del pueblo/Ponte a Emma, le
dice: “Tu púlpito es la bicicleta, la Iglesia es la carretera y tus feligreses
serán tus seguidores”.
Hay otras dos notas características del realismo mágico. La
primera, cuando una niña de once años, la que será su futura esposa, estando en
la Iglesia le pone a Gino un anillo de hojalata en el dedo anular y le dice con
firmeza. “Te juro ante la Virgen que voy a ser tu esposa”. La segunda, cuando
su hermano Giulio muere en la carretera y Gino decide abandonar el ciclismo.
Hay un momento que acude al cementerio para
expresar su dolor al hermano muerto y, entonces, recibe una señal cósmica, el
viento hace que una foto depositada en la cabecera de la tumba salga despedida
y caiga en el regazo de Gino. En esa foto estaban los dos, varios años atrás,
cada uno con su bicicleta. Algo dentro de su ser comprende que Giulio le anima
a que siga pedaleando.
Podría enumerar la rivalidad con el otro gran corredor
italiano, Fausto Coppi y, finalmente, amigo que declaró conseguir, gracias a
Gino, ser mejor corredor y mejor persona. Aparece, por supuesto el contexto de
la II Guerra Mundial, las grandes etapas del Giro y Tour y otros importantes
contextos.
La moraleja del libro aparece en el título y al final de la
novela:
“Lo que ganas en el deporte son medallas que te pones en la
camiseta. Lo bueno que haces en la vida por lo demás son medallas que te quedan
en el corazón”.
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