La sinopsis de la cinta nos muestra a John Reed (Warren Beatty) como unperiodista norteamericano, muy comprometido con la causa comunista, y que no tiene ningún reparo en arriesgar su vida por aquello en lo que cree. Durante la Revolución Rusa, en 1917, Reed conoce a la escritora Louise Bryant (Diane Keaton), también férrea defensora de sus ideas feministas, y que se ha cansado de su marido. Ambos tienen un temperamento fuerte y decidido. El amor que surge entre ellos les lleva a cruzar varios continentes, en un mundo alborotado por la guerra europea. A su vez, el gran dramaturgo Eugene O'Neill (Jack Nicholson) se enamora perdidamente de Bryant. Pero el mayor amor para Reed es la política. Su relato al mundo de la revolución rusa de 1917 le mereció ser enterrado en el Kremlin. Pero no logró trasladar sus ideales a su propia patria.
Es un excelente drama épico histórico que recrea de manera muy atractiva la agitada vida política y social del primer cuarto del siglo XX. La película tiene acción, romance y emoción asegurada. Además de ser un canto a la integridad de la persona y sus ideales frente a la adversidad. He leído que John Reeds sí ocupa un lugar especial entre los comunistas, pero no ocurre lo mismo con Louise Bryant. De ella dijo la anarquista Emma Goldman: "Nunca fue comunista; sólo se acostaba con un comunista."
La cinta presenta a un héroe y una heroína romántica con sus ideales, errores, discusiones internas, ilusiones y desencantos. Así, un comunista americano enterrado en el Kremlin también manifiesta su desencanto con determinadas derivas de la misma revolución que él ha apoyado decididamente, incluso participando en la historia del Partido Comunista en los Estados Unidos.
ROJOS representa los movimientos de masas (tropas que marchan, entrada en el Palacio de Invierno, un coro que canta la Internacional en síntesis con las imágenes de los protagonistas haciendo el amor -estilo Hollywood- como símbolo de unión y compromiso entre los dos protagonistas y de éstos con la revolución soviética). También aparece la escena en la que le piden a John Reed que diera un mítin en una fábrica para proclamar la solidaridad del pueblo norteamericano con el pueblo ruso, otro acto de solidaridad/amor.
Finalmente, señalar que la antigua estación de Delicias/actualmente enclavado el Museo del Ferrocarril de Madrid se convirtió en la estación de Moscú, como ya lo había hecho en Doctor Zhivago (David Lean, 1965).
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