Según las fiscalías, en el programa aparecían menores que podían ser identificados y, además, se utilizaban cámaras ocultas, método de trabajo muy cuestionado y que el Tribunal Constitucional declaró "ilegítimo" en una sentencia del 2012. Según, el presentador Jesús Vázquez y, cualquier persona con dos dedos de frente, el uso de las cámaras ocultas "es la única forma de comprobar el acoso". En realidad, las fiscalías a quién defiende ¿A las víctimas o a los verdugos?. En mi opinión mantiene un “todos tenemos algo de culpa” y exime a los directores de los colegios que tienen la responsabilidad legal mientras el menor está en el centro educativo, a profesores, Consejeros de Educación , Ministerios de Cultura y Gobierno/oposición que se niegan a admitir que el acoso escolar existe a nivel generalizado, pero se tapa y no se toman medidas enérgicas para erradicarlo. Se le da un paracetamol para extirpar el cáncer. Un programa, unas fotos para la sensiblería, pero falta el cirujano de hierro.
Proyecto Bullying', que consta de cuatro entregas, abrió, ayer, con una joven que sufre acoso a diario. Transcurridas unas semanas, el programa vuelve a contactar con la joven para realizar un seguimiento de su caso. Todas con un final esperanzador. Sin embargo ,a los niños/as que se han suicidado por acoso y, en algunos casos, el acoso es la antesala de abusos sexuales, quién les va a brindar un final esperanzador.
El presentador, Jesús Vázquez
Me merece todo el respeto y, máxime, cuando él ha declarado ser un niño acosado en su infancia. “A partir de los once años fui uno de los muchos niños y niñas que sufren acoso. A la gente le insultan por gordo, por alto, por bajo, porque te pueden atacar por lo que sea distinto, pero si te atacan por maricón parece que te lo mereces. Por lo menos era así en mi época”.
El presentador gallego ha manifestado que prefería el primer guión, lo que iba a ser y se frustró porque no les dejaron.
Me alegró que Jesús superase aquellos momentos y señala: “Creo que hay que empezar a aceptar que el acoso existe en todos los centros escolares, a asumirlo, a aceptarlo y luego que se genere un debate social que impulse un debate político”. Ese debate político supone medidas eficaces: legales y educativas para evitar los edulcorantes.
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