La semana pasada ha sido el estreno en España de Spotlight
(Destapa la verdad), una película basada en hechos reales que expone el trabajo
de investigación periodística realizada por el Boston Globe que fue capaz de
desenmascarar un escándalo en el que la Iglesia Católica de Massachusetts
ocultó un sinnúmero de abusos sexuales perpetrados por distintos sacerdotes de
Boston. Este tenaz trabajo periodístico consiguió algo mucho más grande que ganar
el Premio Pulitzer al servicio público de 2003, consiguió también “romper el
silencio” de víctimas y verdugos y enfrentarse a una institución que “lo
controla todo”: la Iglesia católica.
La cinta está dirigida por Tomas macCarthy y el reparto
incluye a Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Brian d'Arcy James,
Liev Schreiber, John Slattery y Stanley Tucci. La película tiene 6 nominaciones
a los Premios Óscar, incluyendo mejor película y director. El filme denuncia el
secretismo y los hilos de poder de una Iglesia alejada de Cristo y cercana al
poder terrenal de Satanás, a esos fariseos de buenos modales y actitudes
hipócritas que - al igual que una secta -
mantienen lazos estrechos con una élite política que controla el poder
económico, jurídico, etc. Aquí, en España estarían el Opus, los Legionarios de
Cristo, etc, como espejo de una España
retrógrada, “devota de Frascuelo y de María” que se rasga las vestiduras ante
el aborto pero guarda silencio frente a la pederastia, el hambre y la
injusticia.
Sin embargo, yo “que me confieso creyente” reniego de ese
tipo de Iglesia y confío en las palabras de Cristo: “ Y nada hay encubierto que no haya de ser
revelado, ni oculto que no haya de saberse” . Lucas 12:2
Seguimos el paso del al tenaz equipo de reporteros de la
sección 'Spotlight' -la sección de investigación del periódico de Boston-, en
su odisea para ahondar en los alegatos de abuso sexual dentro de la Iglesia
Católica. Una ardua tarea para desvelar uno de los crímenes encubiertos durante
décadas por parte de las altas esferas de organizaciones religiosas, legales y
gubernamentales de Boston. Su investigación valió para que miles de casos
similares de todo el mundo salieran a la luz.
Desgraciadamente, la lucha continúa hoy en día y los medios de comunicación juegan un papel
fundamental en el esclarecimiento la verdad. Un ejemplo es el caso de los
padres del niño Diego González (de notable actualidad informativa) a los que ninguna
institución prestó atención hasta que la prensa les prestó voz para denunciar
el carpetazo que querían dar al caso).
El actual Papa, Francisco, ha creado una comisión especial
para la protección de los menores víctimas de abusos sexuales y para la lucha
contra los curas pedófilos. Los que creemos, en principio, en su mensaje
renovador de la Iglesia esperamos pacientemente que consiga dar un giro
drástico a la Iglesia simbolizada por el anterior Papa, Juan Pablo II.
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