María del Socorro Tellado López, conocida como Corín Tellado (1927-2009) fue una popular y prolífica escritora española que estuvo a punto de trabajar en una zapatería para ayudar económicamente a su familia y él éxito de su primera novela cambió su futuro profesional. “Cuando escribí mi primera novela ‘El amor no era nada para mi’ le eché imaginación. Yo no sabía nada de hombres ni de amores. Pero desde aquel día nunca me faltó un sueldo". ". La autora de la más extensa obra literaria amorosa en castellano no fue el prototipo de mujer sentimental y romántica al uso. Ella ha manifestado públicamente "Nunca estuve locamente enamorada. Quise apaciblemente" y, contradictoriamente, confiesa que “se casó por despecho”. ¿Amor o soberbia?.
Escribió casi exclusivamente novela rosa, pero también fotonovelas. Sus obras tuvieron un éxito especial en Latinoamérica, donde impulsaron la creación de la telenovela y el serial televisivo. A pesar de ser su máxima representante, a ella no le gustaba el término "Novela rosa" ni tampoco novela romántica. Ella manifestaba: “"Ni soy romántica ni escribo novelas románticas. Soy positiva y sensible, y escribo novelas de sentimientos, que no es lo mismo”.
Se inspiraba en las historias de la calle recopilando vivencias y transformándolas en su imaginación. Al contrario que otras novelas europeas del género romántico, las novelas de Corín Tellado transcurrían en la actualidad y no en escenarios exóticos o en otras épocas. De ahí su gran poder para identificarse con sus contemporáneas utilizando un estilo directo, analizando muy bien los sentimientos y dejando en un segundo plano, las descripciones del entorno.
Además, utilizaba personajes de alta posición social y el prototipo de hombre que presentaba a las mujeres, con notable éxito sin lugar a dudas, era alto, fuerte, guapo y con los rasgos de un macho bien afectado: fuerza, determinación, inteligencia, ambición, rico y un Don Juan hasta que encuentra el amor eterno con Doña Inés.
Guillermo Cabrera Infante, dijo que la lectura de sus novelas fue determinante para su posterior dedicación a la escritura. Llamó a Corín “la inocente pornógrafa” y es que la reina del romanticismo conyugal también se atrevió con una colección erótica, aunque no se sintió cómoda en el género. Otro varón admirador suyo fue Mario Vargas Llosa quien se mostró admirador de la novelista asturiana, a la que había leído en su juventud.
Se enamoró sólo una vez y no precisamente de su marido, cuando se enteró de su boda con otra, prometió: "Con el primero que llegue, me caso". Lo cumplió. Se caso por despecho con Domingo Egusquizaga Sangroniz, tuvieron dos hijos, Begoña y Domingo, y a los tres años se separaron. Nunca más volvió a enamorarse, ni a rehacer su vida sentimental. “Es la única historia a la que nunca quiso poner un final feliz”.
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