El documental "Juego de
espías” (2013), dirigido por Germán Roda y Ramón J. Campo narra el montaje de una red de espías formada por vascos, aragoneses y franceses que
informaron acerca de los movimientos de las tropas alemanas y el paso de
mercancías que entraban y salían de España.
El documental está basado en el libro de Ramón J. Campo 'La estación
espía' (2006) y nos remite al año 1940, fecha en la que España sufre una
durísima postguerra y Europa está en plena II Guerra Mundial.
El Servicio de Inteligencia
Británico escoge el paso fronterizo de la Estación Internacional de Canfranc
(Huesca) para recopilar e intercambiar informaciones cruciales para la
contienda bélica. Establecieron una conexión semanal entre Canfranc, Zaragoza y
San Sebastián para llevar los mensajes al consulado inglés de la capital
donostiarra que cada lunes, los remitía por valija diplomática a Madrid. Las informaciones
de esta red de espías contribuyeron a la derrota del nazismo. Los
acontecimientos históricos se entrelazan con los testimonios de los hasta
ahora, anónimos espías y los acontecimientos descubiertos por el escritor sobre
la desarticulación de dichas redes de espionaje y el juicio tras el que fueron
condenados y encarcelados por un Tribunal Especial contra el Espionaje en 1943.
Ramón J. Campo
señala en un periódico aragonés que “fue tal la importancia de este punto estratégico
que se puede decir que Canfranc "fue el único municipio de España invadido
por las tropas nazis, entre el invierno de 1942 y el verano de 1944", para
controlar el tráfico informativo y el wolframio extraído del noroeste español,
necesario para fortalecer sus carros de combate”. Además, señala la importancia
del tráfico de oro basado en otro de sus libros “Canfranc, el oro y los nazis”
(2012)
El documental toma como referencia histórica la documentación
consultada en
el Archivo del Tribunal Militar Número 1 de Madrid del sumario judicial que el
Gobierno de Franco abrió contra la denominada "Red 23.031", compuesta
por una treintena de espías vascos, aragoneses y franceses. El trabajo aporta
entrevistas a testigos, supervivientes y familiares de los espías. A esos héroes
anónimos que se jugaron la vida y parte del metraje de esta historia se nos
muestra con el género de animación a través de dibujos e ilustraciones que le
dan un aire de comic.
El rey del Canfranc, el Schindler de los
Pirineos
Otro documental con temática de espionaje y
estrenado ese mismo año con una excelente acogida fue ‘El rey del Canfranc
(2013). El argumento gira también a la estación de Canfranc, en el Pirineo Aragonés. Se muestra el abandono
actual que sufre la estación y se la hace testigo de la historia de uno de los
grandes héroes ligados a esta localidad, desconocido para la inmensa mayoría,
es Albert Le Lay, jefe de la Aduana francesa en 1940 y perteneciente a la
Resistencia. Durante tres años, esquivó a la Gestapo alemana y salvó a cientos
de refugiados a través de la frontera. El realizador navarro José Antonio
Blanco dirige, junto a Manuel Priede, un documental a modo de homenaje de una
de las grandes figuras desconocidas de la II Guerra Mundial: Albert Le Lay,
jefe de la Aduana en Canfranc y elemento clave en una red de la resistencia
para sacar refugiados, familias judías de la Francia ocupada por los nazis
dirección España. "El rey de Canfranc", coproducción
hispano-francesa, nos descubre a un ser formidable que se jugó su propia vida
para ayudar a los más necesitados, en un paso estrechamente vigilado por la
Gestapo alemana (punto vital del transvase de mercancías-oro- entre España y
Alemania) y que, finalmente, sería descubierto aunque conseguiría escapar.
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