Ramón J. Sender Garcés (Huesca.1901-San Diego-EE.UU.1982). Enfrentado desde muy joven a la figura paterna se
traslada a Madrid con diecisiete años sin ningún recurso económico. Duerme en
un banco del Retiro, se coloca de mancebo en una botica y comienza a
interesarse vivamente por la literatura, elaborando artículos y cuentos. Se
matricula en Filosofía y Letras pero abandona la carrera porque no le aporta nada
nuevo. Decide ser autodidacta y lee vorazmente a la vez que descubre su
vocación política junto a obreros anarquistas.
A los 21 años le obligan a incorporarse al ejército y
vive en el año 1922 la experiencia de la guerra de Marruecos. Una vez libre del
servicio militar ingresa en el diario El Sol, ya era un periodista cotizado y
gracias a su paso por África escribe su primera novela ‘Imán’, basada en la
guerra de Marruecos y traducida a varios idiomas. Sigue militando en el
anarquismo y escribiendo en sus periódicos lo que le acarrea la cárcel por sus
actividades contra el general Miguel Primo de Rivera.
Comienza la guerra en España y le sorprende en el bando fascista.
Deja a su mujer e hijos en zona franquista, pues su mujer y familia son muy
conservadores y no han de temer nada. Sender atraviesa el frente y se incorpora
a una columna republicana sin sospechar que fusilarían a su mujer al no
conseguir atraparle a él.
Luchó junto a las tropas anarquistas de la CNT y, tras
pasar por un campo de concentración, acabada la guerra se embarcó hacia México
para en 1942 recalar en Estados Unidos donde fue profesor de literatura.
Sus primeras novelas sostienen su ideología
revolucionaria destacando ‘Viaje a la aldea del crimen’ (1935) sobre la
represión gubernamental contra los jornaleros libertarios de Casas Viejas y
‘Mister Witt en el cantón’ (1935) sobre el movimiento cantonalista de
Cartagena. Esta obra logró el Premio Nacional de Literatura.
Al tema de la guerra civil española en paralelismo con su
propia vida dedica su mejor novela: 'Réquiem por un campesino español' junto a
‘Crónica del alba’ que es en su conjunto una novela autobiográfica que comienza
con la descripción de la infancia del protagonista, José Garcés, en un pueblo
aragonés de la España de la preguerra, donde conoce al amor de su vida,
Valentina, amor que estorban como pueden los padres de ella, de estrechos
criterios burgueses y provincianos. Encontramos también en la novela: la
amistad del muchacho con un cura sencillo, afable y sabio, el descubrimiento de
la importancia de la religión, el trabajo como mancebo en una botica y el
descubrimiento de las injusticias sociales para concluir con el estallido de la
guerra. Esta novela fue llevada al cine.
En los últimos años se dedicó a la novela histórica y a
los relatos satíricos. En 1969 obtiene un gran éxito con ‘La Tesis de Nancy’
cuya comicidad deriva del contraste entre la mentalidad y costumbres
estadounidenses y las españolas.
Tras la publicación oficial de la amnistía en España, J R
Sender solicitó desde San Diego (California) recuperar la nacionalidad española
y renunciar a su nacionalidad estadounidense. Sin embargo, concluyó su vida en
los Estados Unidos en 1982.
Réquiem
por un campesino español
Originalmente apareció bajo el título de Mosén Millán
(México.1953) y adquirió su nombre actual en 1960. La novela representa las dos
Españas de Machado, esas dos ideologías/intereses enfrentados en un conflicto bélico.
El narrador es Mosén Millán, el párroco del pueblo que nos
rememora por etapas la vida de Paco,
nuestro protagonista. Va recordando una serie de acontecimientos que van desde
su niñez hasta su muerte, de la que, en gran parte, es responsable. Una
delación de las muchas que hubo en España. Se van escuchando los testimonios de
otros personajes y aparece una crítica al papel de la Iglesia que se limita a
predicar resignación frente a las injusticias de los ricos y toma partido por
los poderosos.
Arturo Pérez Reverte citaba en un artículo escrito en el año 2002: “Le debo muchos ratos de feliz lectura a ese
oscense que tuvo la desgracia de nacer aquí, de ser exiliado de izquierdas para
unos e ir demasiado a su aire para otros, díscolo y aragonés, malquerido al fin
y ninguneado por casi todos. Primero anarquista, después comunista y al final
fugitivo de sí mismo, perdió una guerra civil, una mujer fusilada, unos hijos
abandonados, una patria y casi todas las ilusiones, salvo la de escribir -a
veces demasiado- contando historias hasta el final de sus días. Historias que
lo explicaban a él y a la atormentada piel de toro española, turbia y homicida,
cuna de Caín, que tan a fondo conoció. Su centenario pasó sin pena ni gloria,
salvo honrosas excepciones, perdida
la ocasión para reivindicar seriamente su obra. Y Ramón J. Sender, uno de los
poquísimos grandes novelistas españoles del siglo XX, vuelve a sumirse en esa
zona gris, intermedia, difusa, del desdén y del olvido.
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