Según un sondeo del periódico Le Parisien un 70% de los franceses son contrarios a una reforma laboral contraria a los intereses de los trabajadores, aunque el primer ministro asegura que esa “flexibilidad” a las empresas -como en España señalaban el PP y los empresarios- es beneficiosa para la creación de puestos de trabajo que redundará en beneficio de los jóvenes. Éstos y el resto de la población se han movilizado en la calle, en las redes sociales y la gran protesta se espera para el día 31 de marzo cuando los sindicatos convoquen a la huelga general.
El pueblo francés estima ésta y otras medidas de “neoliberales” auspiciadas por parte de un Gobierno que llegó al poder con promesas “socialistas” y que la historia ha demostrado que “los socialtraidores”, en materia económica, son parte del establishment. En Francia, en España, en Italia…
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