Edward Hopper (1882-1967), famoso pintor estadounidense que tras recorrer Europa regresa definitivamente a su país y comienza a elaborar temas en relación con la vida cotidiana estadounidense. Su pintura es realista y crea en el espectador un sentimiento de “voyeur”. Es como si contempláramos una situación a través de una ventana. Las escenas que vemos nos transmiten la soledad en la que viven esos personajes que se nos muestran, aunque estén rodeados de gente.
Entre sus temas abundan las imágenes urbanas de Nueva York. Un cuadro que refleja fielmente la soledad de la gran urbe es Nighthawks (1942). La traducción literal en español sería Halcones de la noche, aunque se le ha dado el nombre de Noctámbulos que, a mi parecer, resulta más acertado.
Observamos en el cuadro que la calle está vacía y los personajes que están dentro del local permanecen aislados: una pareja que permanece en silencio sin mirarse, un cliente de espaldas acompañado de un vaso y un camarero que mira hacia afuera, hacia la calle.
El bar hace chaflán/esquina, se contemplan ventanas abiertas pero nadie se asoma. Hay sensación de calor y los colores del cuadro nos transmiten la oscuridad de la noche y, sin embargo, hay luz brillante de fluorescentes. Un cartel anuncia puros para comunicarnos una relación consumista, pero sin ningún tipo de interpretación predeterminada. Es el espejo que refleja las cosas tal como son. También encontramos reminiscencias del cine negro, los años 30, la Gran Depresión y la mafia.
Hablando de interpretaciones me quedo patidifuso con esta “pasada de los Simpson” en la que tomando el cuadro de Hooper elaboran una teoría propia de las relaciones de la sociedad estadounidense. ¡Genial!.
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