La cinta cuenta la historia de la joven Bertha Thompson (Barbara Hershey) que, en plena época de la Gran Depresión de los Estados Unidos (1929-30) pierde a su padre y se une a una banda en donde aparece un controvertido líder sindical llamado Bill Shelley (David Carradine), en duelo interpretativo con John, patriarca de la saga Carradine, honrado sindicalista del ferrocarril huido de una justicia sobornada por la plutocracia; Rake Brown, jugador y perdedor profesional y un negro en el racista sur de los EE.UU. Todos ellos son los personajes que conforman la banda.
Acusados de comunistas por un grupo de conservadores y perseguidos por una corrupta compañía de ferrocarriles que busca venganza contra Shelley, la vida de Berttha se convierte en una permanente huida por el mundo del crimen y un emocionante capítulo de la historia americana.
Personajes marginados en el universo del cine de Martin Scorsese que huyen de una iconografía romántico-pop de Bonnie&Clyde para señalar que son seres inocentes en su origen y es la violencia a través de las leyes injustas de los que mandan lo que les obliga a usar la violencia física como única garantía para sobrevivir.
La Gran Depresión es un elemento recurrente en Scorsese al igual que esa mezcla de tono de comedia que contrasta con secuencias brutales. Ni qué decir tiene que el elemento ferroviario está muy presente en la película y es el motivo principal de este pequeño comentario.
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