Con la llegada de Mijail Gorbachov aparece la glásnost (apertura política, transpariencia informativa) y la perestroika (reestructuración económica). El objetivo era dar a conocer la represión estalinista y favorecer cambios muy profundos que dinamitaran todo lo que había sido hasta entonces La Unión Soviética. Gorbachov decía plantear sus reformas “dentro de la vía del socialismo” y la “línea dura” del Partido Comunista lo consideraban una simple maniobra para volver al capitalismo.
Los medios de comunicación afines a la perestroika pronto ejercieron una crítica feroz sobre los problemas internos de la URSS y alentaron el modo de vida occidental y todo ello fue alimentando, en una gran parte del pueblo ruso, la idea de llegar a vivir en el mundo de opulencia y libertad occidental. El tiempo demostró que se equivocaron…
Los elementos ortodoxos al sistema realizaron un fallido golpe de Estado contra Gorbachov buscando revertir su plan de reformas. Al fracasar dicha revuelta aumentó considerablemente la impopularidad de los líderes conservadores que habían apoyado el golpe contra Gorbachov, siendo que como reacción los elementos más derechistas del PCUS asumieron el mando en medio de la acelerada descomposición del aparato político soviético.
Las repúblicas de la URSS empezaron a proclamarse independientes en forma sucesiva, sin que desde Moscú se pudiera impedir dicho proceso. El 24 de diciembre de ese mismo año Gorbachov abandonó el poder y disolvió oficialmente a la Unión Soviética en un sencillo acto de unos 30 minutos de duración. Boris Yeltsin opositor por la derecha de Gorbachov y uno de los artífices del contragolpe, se convirtió entonces en presidente de la Federación Rusa.
Uno de los efectos descentralizadores fue que los grupos nacionalistas comenzaron rápidamente a ganar terreno y crecieron, entonces, los reclamos de independencia frente a Moscú: Ucrania, Georgia, Azerbaján y los estados bálticos. Finalmente, las independencias se materializaron dentro del procedimiento previsto en la propia Constitución.
Bajo la bandera de la perestroika se introdujo un mercado libre limitado y la descentralización económica. En 1987 se aprobó una nueva ley que otorgaba a las empresas más independencia. Todas estas medidas liberalizadoras contribuyeron al empobrecimiento de la mayor parte de la población, incubándose un capitalismo de amiguetes que concluirían en la venta a precios de saldo de las grandes empresas estatales y el nacimiento de las mafias.
En el contexto internacional, aparta a Andréi Gromiko por Eduard Shevarsnade como Ministro de Relaciones Exteriores Y en esas fechas se produce un incidente que irrita profundamente a los militares soviéticos. Un joven de la Alemania Occidental, Mathias Rust, logró volar en una avioneta Cessna 172 hasta Moscú, atravesando las fronteras soviéticas sin ser detectado y aterrizando en la Plaza Roja. ¿Casualidad?.
En ese periodo de cambio aumentaban las disputas entre Gorbachov y Boris Yeltsin. El primero jugaba la carta falsa de encontrar un equilibrio entre la libertad occidental y los principios socialistas de seguridad y protección social. En el caso de Alemania, la URSS tenía unos tratados para mantener allí sus tropas, aceptados por sus aliados tras la II Guerra Mundial. Cuando Gorbachov accedió a retirarlas, George Busch prometió no ampliar la OTAN hacia el Este. Preguntado por qué no exigió esas promesas por escrito Gorbachov se limitó a contestar: “El Pacto de Varsovia todavía existía. ¿Cómo podría lograr algo por escrito?. Yeltsin venía como un oso para completar la operación de acoso y derribo y con él llegó el caos total y el desenfreno mercantil del capitalismo oligárquico.
Muchos años después la sociedad rusa interpreta estos cambios que se produjeron como un fracaso político e incluso como un proyecto antinacional subversivo y, así, el actual primer ministro ruso, Vladimir Putin califica la desintegración de la URSS como “la mayor catástrofe del siglo XX”.
Este hecho no sólo afectó a las condiciones del pueblo ruso. Los trabajadores de los países occidentales que gozaban de excelentes condiciones de vida gracias a la socialdemocracia (poli bueno del capitalismo) y por el temor a la influencia y prestigio de la Unión Soviética vieron como con la llegada del capitalismo salvaje de Thatcher y Raegan todos sus logros fueron desapareciendo.
El 25 de diciembre de 1991 se disolvió oficialmente la Unión Soviética y los conservadores en la URSS se opusieron a la reunificación alemana, al igual que el presidente francés François Miterrand y la primera ministra Margaret Thatcher, pero ambos firmaron después todos los acuerdos y no se manifestaron en contra. Quizás consideraron que un IV Reich sin bomba atómica no suponía tanto riesgo a asumir.
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