martes, 21 de noviembre de 2017

Hoy nadie construye catedrales góticas

El titular es una respuesta del sociólogo polaco, Zygmunt Bauman, tratando de señalar esa visión cortoplacista de la sociedad actual. Una comunidad alienada por el consumismo que alimenta la constante insatisfacción del “yo” que solo es capaz de retroalimentarse a través de la utilización de objetos y personas como bienes de consumo.


Bauman con ‘Raza de deudores’describió admirablemente el círculo económico que la clase dirigente logró imponer a los ciudadanos para convertirlos en esclavos. La plasmación de un gran negocio vendido en base a unas ideas aparentemente beneficiosas para aceptar esas cadenas de oro. Esa misma ideología se traspasa al lado más humano y así, actualmente, cualquier tipo de relación no dura casi nada. Las amistades se dejan en el camino y  las parejas buscan solo la gratificación inmediata, algo similar a ese móvil que quedó obsoleto y es preciso adquirir el último modelo porque el viejo ya no cumple tus expectativas.

Es muy difícil escapar individualmente de la sociedad de consumo. Ella impone las reglas de juego y tú estás allí. Nos falta fe para creer en la parábola de Cristo : No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir”. Sin embargo, siempre nos queda ese margen de libertad para bordear y no quedar atrapado totalmente en esa sociedad consumista.

Según Bauman “La ética del trabajo consiste en; responsabilizar a los pobres de su pobreza gracias a su falta de disposición al trabajo y, por lo tanto, su inmoralidad y degradación personal (lo que provoca su castigo ante el pecado) es uno de los últimos servicios de la ética del trabajo a la sociedad de consumidores”.

El lado económico apuntado por Zygmunt Bauman lo recoge, en síntesis, Emilio Carrilo en su blog ‘El cielo en la tierra’. Aquí os dejo su texto:

Del ahorro al consumo y del crédito a una nueva esclavitud: la raza de deudores

La actual mutación del sistema socioeconómico no ha sido fruto de la casualidad. Durante décadas se fueron creando las condiciones adecuadas para ello:

Primeramente, la base de los beneficios que el sistema siempre procura maximizar dejó de estar en la plusvalía que se extrae del trabajador para centrarse en el consumo. Y este, para que las ganancias fueran las mayores posibles, tenía que ser masivo y en constante expansión.

Esto obligó a superar uno de los pilares del capitalismo productivo surgido de la Revolución Industrial: el ahorro, fundamento de la inversión. El ahorro llevaba implícita una determinada moral social y estilo de vida: si alguien deseaba algo, intentaba ahorrar para poder comprarlo; y si quedaba fuera de su alcance, se reprimía el deseo. Pero esto constituía un lastre para el consumo masivo, que exige generar el deseo irreprimible de consumir y facilitar los medios para satisfacerlo.

De este modo, el protagonismo pasó del ahorro al crédito: se desplegaron las velas del préstamo y la deuda, apareciendo poco a poco nuevos instrumentos financieros (la tarjeta de crédito es un ejemplo reciente) que dan a todos los objetos del deseo la posibilidad de ser comprados sin necesidad de un ahorro previo. Se configuró así la denominada sociedad de consumo, íntimamente ligada a un endeudamiento creciente no sólo de las familias, sino también de las empresas, que acuden intensamente al crédito bancario como manera de anticipar y financiar sus inversiones y proyectos.

Más llegados a este punto, el consumo/consumismo produjo un nuevo cambio en la base del beneficio, ya que la deuda en sí y como tal se convirtió en el principal generador de ganancias, muy por encima de la producción y venta de bienes y servicios. Con ello quedó atrás el capitalismo productivo y su lugar fue ocupado por el capitalismo financiero. Y la banca y la especulación, cada vez más global y cortoplacista, tomaron los mandos del sistema.

Ciertamente, uno tiene que pagar sus deudas en algún momento, pero una refinanciación –deuda sobre deuda– permite salir del paso. Y de oca en oca, de deuda en deuda, se avanza hacia una nueva clase de esclavitud: vivo para devolver lo que me han prestado, aunque sea a costa de trabajar más horas  y aceptar el tipo de vida y las reglas de juego que el sistema impone. Así, el crédito y la banca consiguieron transformar a personas y empresas en una nueva tipología de esclavos: la “raza de deudores” que ha descrito Zygmunt Bauman. A los esclavos que llenan el mundo ya no hay que ponerles grilletes, ni someterlos con latigazos. Se creen libres en la jaula del consumismo y entre sus barrotes virtuales forjados con préstamos y deudas.

Los Estados, con sus políticas incentivadoras del consumo y el gasto, contribuyeron a consolidar la sociedad de consumo, primero, y la raza de deudores, después. Y en los últimos años, los propios Estados han pasado a formar parte de esa raza a causa del enorme endeudamiento originado por el gigantesco montante de dinero público que los gobiernos han desviado a la banca privada.

Ahora, ciudadanos, empresas y Estados, plenamente integrados todos en la raza de deudores, están a merced de la banca internacional, que los domina y controla a través de la gestión del crédito, que amplia y abarata o restringe y encarece en función de sus objetivos e intereses, y la paulatina implantación de un supranacionalismo global y no democrático.






miércoles, 15 de noviembre de 2017

Presentación en Madrid del libro 'Diario de Vida, 27 historias de supervivientes de cáncer'

La Fundación Sandra Ibarra, organización sin ánimo de lucro dedicada a la financiación de proyectos de investigación e impulsora de campañas de sensibilización frente al cáncer presenta hoy, 15 de noviembre, en el Hotel Puerta de América (Madrid) a las 17:00 horas, su libro 'Diario de Vida' que recoge el testimonio de 27 supervivientes de cáncer. En las próximas semanas, recorrerá las ciudades de Alicante, Sevilla, Valladolid, Oviedo y Barcelona.


'Diario de Vida', escrito por el periodista Juan Ramón Lucas, recoge las vivencias y experiencias intensas y duras, pero optimistas y esperanzadoras, de personas como Ana, Cristina, Alfredo o Mateo. Sus narraciones, llenas de dolor, firmeza y entusiasmo, tienen la virtud de servir de ejemplo a quienes pasan hoy por donde ellos pasaron, pero también son un estímulo para todos aquellos a los que la adversidad les ha arrebatado las ganas de seguir adelante.

Sin duda, la expresión de los sentimientos más profundos de quienes intervienen en este libro le otorga un valor excepcional, porque está escrito en primera persona y nace con la voluntad de ser útil a los demás. Se trata de una publicación muy especial en la que no sólo vamos a poder leer las historias de los supervivientes, sino que también podremos verles en fotografías y escucharles, puesto que el libro va con realidad aumentada, ya que incluye un vídeo de cada testimonio.

Fueron  días de entrevistas y decenas de semanas de trabajo posterior tan activas e intensas que terminaron cambiando incluso a quienes participaron en el proyecto porque, tal y como revela en el prólogo Sandra Ibarra, presidenta de la Fundación y todo un ejemplo de supervivencia: "Vivir y escuchar las historias de los pacientes reconcilia con el ser humano, tan capaz de lo mejor y lo peor. Hace vivir mil vidas en una y amplificar la que tenemos".

El libro está a la venta a partir del 14 de noviembre en los principales puntos de venta de nuestro país. Además, Diario de Vida continúa en un diario online a través de la página web de la Fundación Sandra Ibarra desde donde se seguirán buscando a todos los supervivientes de cáncer.

Tras la presentación del libro, hoy 15 de noviembre en Madrid, y la firma del mismo por parte de Sandra Ibarra y Juan Ramón Lucas, también tendrá lugar en el Hotel Puerta de América, el rastrillo solidario de Intropia, donde la Fundación participa de forma activa poniendo a la venta sus Pañuelos con Arte, una colección de pañuelos perteneciente a la firma solidaria de Sandra Ibarra, Kiss & Fly Solidary. 




martes, 7 de noviembre de 2017

Unos mueven el árbol y otros recogen las nueces

El 155, las cárceles, Bruselas, Puigdemont y ‘los patriotas’ del nacionalismo español del PP-Ciudadanos que llevan la roja y gualda en el corazón y su dinero a los paraísos fiscales. Los otros nacionalistas, los de la senyera, como el exalcalde de Barcelona y actual portavoz del PDeCat en el consistorio que figura junto a sus padres y hermanos en el fideicomiso The JTB Familiy Settlementt, un vehículo para ocultar activos. Sin embargo, declara: “No tengo ni idea porque nunca me he cuidado de esto. Si esto es verdad, no tengo ni idea”.


Ambos extremos se retroalimentan y la CUP con su infantilismo de izquierda no se da cuenta que mueve el árbol para que los del PDeCat consigan una reforma constitucional que es su verdadero objetivo. Se trata de más pelas, pues la independencia es solo una pose y es que saben con certeza que la Jauja de Cataluña no existe y, aún menos , la del resto de España.

Unas elecciones pactadas con la burguesía catalana con el ofrecimiento de un cambio constitucional. Me parece bien, pero cómo se lo van a explicar a la CUP y Cospedal a los del aguilucho. Es política y dejárselo a los tontainas, sería aún peor.

Los que estamos en el medio, los mestizos, los de la tercera vía, sabemos que en una lucha de banderas llevamos la peor parte. No importa.

Así, las encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) otorgan para las próximas elecciones en Cataluña un avance de Ciudadanos/Rivera - a costa del PSOE y PP - mientras que Podemos/Podem baja su presencia en el territorio.

Una bajada por mantener la coherencia y decir abiertamente: “Deseamos que Cataluña forme parte de España, pero aceptamos un referéndum para decidir” y “el sentimiento de clase y no el de sangre nacionalista es nuestro motor de lucha’. 

Al menos esa coherencia ha servido para que las bases de la formación morada en Cataluña hayan dado un respaldo mayoritario a concurrir en coalición con Catalunya en Comú, el partido de Ada Colau y Xavier Domènech, a los comicios del próximo 21 de diciembre. Así lo han expresado 12.432 militantes en la consulta impulsada por el propio Iglesias en contra de la voluntad del ya exsecretario general Albano Dante Fachin, que presentó este lunes su dimisión a raíz de la intervención de la marca por parte de la dirección de Madrid. 4.876 han votado no, un 28%. La pregunta planteada era: "¿Apoyas que Podem se presente a las elecciones del 21 de diciembre en Catalunya en coalición con Catalunya en Comú y las fuerzas políticas hermanas que no apoyamos ni la declaración de independencia ni la aplicación del artículo 155, con la palabra Podem en el nombre de la coalición y en la papeleta?".

La salida de Albano Dante Fachín de Podem por sus posturas cercanas al independentismo ha sido bautizada por algunos medios como 'el 155 de Podemos', trazando un mentiroso paralelismo que las bases han desmentido con su participación democrática. Es lícito y probable que Fachín colabore con Esquerra tras su divorcio de Podemos. Es posible que aún no se haya enterado del criterio político de Podemos en Cataluña y en el resto de España. En mi opinión, coherencia es lo que ha sobrado aunque la chica se la lleve el mentiroso.

Ahora bien, puede suceder que las tempestades de hoy sean una oportunidad futura para Podemos que se abrirá el debate que siempre ha promovido la formación morada: la renovación de la Constitución del '78 y de cierta ordenación jurídica de la época -como la ley electoral- que beneficia a las poblaciones pequeñas en detrimento de las grandes, espacio donde Podemos tiene mayor presencia.

La importancia estratégica de Cataluña es clave para Podemos, al igual que en Euskadi en la que combate contra los nacionalismos burgueses y las posturas infantiles del izquierdismo. La presencia en las grandes ciudades puede ir menoscabando las resistencias de la España del secano y pandereta. Y así llegar a una España Federal con mayoría de edad en la que los ciudadanos - con perdón - dejan de ser súbditos y se comprometen a ser solidarios y “responsables” de su destino.