miércoles, 10 de junio de 2020

El Bozal


La crisis sistémica del capitalismo financiero nos ha traído el covid 19 como una falsa bandera de la profunda recesión económica y del colapso del sistema. Han pretendido y conseguido crear el pánico entre la población mundial, aunque somos muchos los que sabemos sus intenciones y no nos dejamos engañar. Somos disidentes de esta situación distópica  y creadores de la nueva utopía que llegará sin poner fechas en el calendario.




Además de las consecuencias económicas que traerá la crisis a partir de septiembre de este año, nos quieren limitar nuestra libertad  con la excusa de garantizar nuestra salud. Los gobiernos y la OMS obedientes y cómplices  de “los amos provisionales del mundo” nos obligan a llevar la mascariila/bozal hasta que se acabe la pandemia - sin fijar fecha - y mientras la población, manipulada por los principales medios de comunicación que también controlan las élites, cavan su propia tumba y consideran una afrenta que no quieras llevar mascarilla y vacunarte porque les puedes contagiar. Olvidan que ya están contaminados de idiotez.

Los poderosos nos aíslan, tratan de imponernos la vacuna y el chip para controlarnos a su antojo. Nos siguen desde nuestro móvil pero sobran cámaras y faltan sonrisas, besos y abrazos.

Los disidentes nos preguntamos ¿qué hacer? ¿Quizás Trump consiga acabar con ellos? ¿Dios proveerá cuando la mayoría de nosotros no nos resistamos a abandonar esta ruina de casa?

Está claro que la alternativa aria puede, ya lo está haciendo, echar un pulso al modelo financiero quebrado, pero no olvidemos que también forma parte de la élite y sólo nos servirá para cambiar de amo, aunque nos salve, a corto plazo, de las garras del primero. Es un paso, pero nunca la solución.

El auténtico cambio está en el interior de cada uno de nosotros, al margen de partidismos políticos  y religiosos.