miércoles, 20 de febrero de 2019

Las aves del cielo no siembran, ni siegan


El Evangelio de Mateo cita: ‘Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo vuestro Padre celestial las almenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?


A los seres humanos nos parece maravillosa esta parábola pero nunca nos la terminamos de creer. No nos fíamos porque nos falta fe.

Nos sucede como el chiste del ‘Eco’ que contaba el humorista Eugenio en donde un tipo que cae al precipicio y tiene la fortuna de agarrarse a una rama, chilla desesperadamente: ¿hay alguien?. Una voz profunda, penetrante, con personalidad le dice: ‘Sí, hijo mío, está Dios’. Sigue mis instrucciones, sin miedo suelta tus manos, déjate caer al vacío que antes de que tu cuerpo se estrelle, mandaré unos ángeles que vencerán la Ley de la gravedad y te remontarán al punto de partida. El hombre contesta. ‘¡Vale!, pero ¿hay alguien más?

Tenemos miedo de casi todo y nuestro corazón nos grita que seamos capaces de volar, de dar un paso al vacío como Indiana Jones, PERO la realidad nos vence y nos apunta que no debemos construir ‘Castillos en el aire’ (hermosa canción de Alberto Cortez)

Quiso volar igual que las gaviotas,
Libre en el aire, por el aire libre
Y los demás dijeron, “¡pobre idiota,
No sabe que volar es imposible’

Estaba buscando temas musicales en youtube cuando, por casualidad o no, escuché este regalo para los oídos que deseo compartir con vosotros.





lunes, 18 de febrero de 2019

'Medallas en el corazón', José Luis López Amigo


José Luis es un excelente compañero de trabajo. Su aspecto es de un hombre duro y me ha sorprendido el amor, la sensibilidad y la profunda admiración que encierran las páginas de este libro.

El autor señala: “Medallas en el corazón es una novela que surge para homenajear la figura de Gino Bartali, ganador de tres Giros de Italia y dos Tours de Francia. Un deportista acusado de ser 'el ciclista del Duce' por la instrumentalización política que Mussolini realizó de este mítico ciclista. Sin embargo, un diario fue la fuente para descubrir, ya muerto Gino Bartali, que colaboró activamente en la red DELASEUM, que logró que más de ochocientos judíos evitaran los campos de concentración”.

La novela plantea la originalidad de sustituir los capítulos por las etapas. Además, es una novela muy visual, muy cinematográfica. Personalmente, me conduce a películas italianas tan maravillosas como ‘La vida es bella’ o ‘Cinema Paradiso’ que descubren el mejor lado humano que encierran muchos individuos. Frente a la barbarie fascista, la lucha secreta y anónima de muchos seres por salvar vidas y, en el caso, de Gino Bartali, como un auténtico cristiano: “no dejando que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”.

Hijo de campesinos, abandona pronto la escuela y comienza a trabajar en un taller de bicicletas como aprendiz. Su jefe/su amigo, Casademonti, pronto se da cuenta que ese niño goza de unas cualidades innatas para el ciclismo. Es un diamante en bruto al que hay que pulir. Gino ya no añora el colegio, el destino le ha llevado a descubrir su pasión por la bicicleta.

Comienza a ganar sus primeras carreras y entra en el profesionalismo. En su juventud duda entre elegir la vía del ciclismo o la sacerdotal, pues es un hombre muy religioso que siempre requiere los consejos de Don Franchesco, su confesor y amigo. Ante la duda en la elección de su vida, el cura del pueblo/Ponte a Emma,  le dice: “Tu púlpito es la bicicleta, la Iglesia es la carretera y tus feligreses serán tus seguidores”.

Hay otras dos notas características del realismo mágico. La primera, cuando una niña de once años, la que será su futura esposa, estando en la Iglesia le pone a Gino un anillo de hojalata en el dedo anular y le dice con firmeza. “Te juro ante la Virgen que voy a ser tu esposa”. La segunda, cuando su hermano Giulio muere en la carretera y Gino decide abandonar el ciclismo. Hay un momento que acude al cementerio  para expresar su dolor al hermano muerto y, entonces, recibe una señal cósmica, el viento hace que una foto depositada en la cabecera de la tumba salga despedida y caiga en el regazo de Gino. En esa foto estaban los dos, varios años atrás, cada uno con su bicicleta. Algo dentro de su ser comprende que Giulio le anima a que siga pedaleando.

Podría enumerar la rivalidad con el otro gran corredor italiano, Fausto Coppi y, finalmente, amigo que declaró conseguir, gracias a Gino, ser mejor corredor y mejor persona. Aparece, por supuesto el contexto de la II Guerra Mundial, las grandes etapas del Giro y Tour y otros importantes contextos.

La moraleja del libro aparece en el título y al final de la novela:
“Lo que ganas en el deporte son medallas que te pones en la camiseta. Lo bueno que haces en la vida por lo demás son medallas que te quedan en el corazón”.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Los fantasmas del Windsor



El medio digital Moncloa.com ha publicado un auténtico pelotazo informativo en el que denuncia un presunto trabajo realizado por el excomisario José Manuel Villarejo para la destrucción de documentos del BBVA, que estaban en manos de la auditora Deloitte en el edificio Windsor en Madrid. El Juzgado Central de Instrucción Nº6 ha pedido al medio digital Moncloa.com los documentos sobre la información publicada.


Dichos documentos se enmarcan dentro de la operación llamada Trampa por el propio Villarejo, en la que supuestamente estaba ayudando a Francisco González (FG), presidente del BBVA a mantenerse a salvo de lo que denominaron el Grupo Hostil, compuesto por los empresarios Luis del Rivero y Juan Abelló, además del ex ministro de Industria socialista Miguel Sebastián, que era entonces jefe de la Oficina Económica de Moncloa. Este "Grupo Hostil" presuntamente quería desbancarle de la presidencia de una de las dos mayores entidades bancarias de España.

En aquella época, la Fiscalía Anticorrupción investigaba la venta de la cartera de valores de Francisco González a Merryl Linch, llamada FG Valores. Aquellos documentos estaban en poder de Deloitte, la auditora cuya sede principal estaba ubicada en muchas de las plantas del Windsor y la Fiscalía había pedido a Deloitte una copia de aquellos documentos.

En sus informes sobre la operación de apoyo a FG, Villarejo dejó por escrito lo que iba a ser una "acción final" sobre los documentos comprometedores: "Eliminar rastros documentales de la firma de auditoría DEL., intento de sustitución de soportes documentales originales, en su defecto eliminación física de los mismos. En un documento posterior, pero casi calcado al primero, Villarejo cambia el concepto de "acción final" por una "nota final", con el asunto ya despachado.





El coloso en llamas

La noche del 12 de febrero de 2005 se detectó fuego en la planta 21 del edificio Windsor, ubicado en el centro financiero de Madrid. El coloso en llamas quedó calcinado y tardaron dos días en apagar el aparatoso incendio. Sin embargo, una semana después del suceso pudimos ver en televisión unas imágenes grabadas por una videoaficionada – pasadas cuatro horas del comienzo del fuego y cuando la mitad del edificio ardía en llamas – en la que se veía a dos personas moviéndose con linternas a través de una ventana.
Se obtuvieron dos vídeos más en el que aparecían ventanas iluminadas cuando, ya, se había desconectado la corriente eléctrica del edificio.

La Policía Científica certificó que las imágenes en las que aparecen figuras humanas, no eran falsas, pero - extrañamente - no confirmaba la presencia de personas dentro del edificio.

Posteriormente, los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid elaboraron un informe en el que se aseguraba que aquellas siluetas podrían ser producto de un reflejo dejando claro que no eran bomberos las imágenes que se apreciaban.

La versión judicial habló de un efecto óptico, es decir siluetas de edificios cercanos que se reflejaban en la fachada del Windsor. Fueron los famosos fantasmas. El juez instructor se lavó las manos: “Aunque se pudiera admitir la posibilidad de la presencia de personas en el interior del edificio Windsor, no existe evidencia alguna de que ello pudiera haber tenido alguna incidencia en la causación o propagación del incendio”, dijo en su auto de archivo.

Interrogantes

Cuando sucedieron los hechos una gran parte de los españoles sabíamos que una colilla y una serie de sucesos concatenados no eran la causa del incendio. No sabíamos quién ganaba y quién perdía con dicho suceso. ¿Quiénes tenían que tragar con dicho silencio y por qué motivo? En estos momentos ¿quién gana con la denuncia y por qué lo hace ahora?. Esperemos que salga toda la verdad y no medias verdades con medias mentiras.