miércoles, 26 de agosto de 2015

Mariano, deja de hurgar en la hucha de las pensiones



Recuerdo en mi niñez que tenía una hucha de barro en la que metía mis monedas para ahorrar. Desde pequeño fui partidario del ahorrar “hoy” para poder gastar “mañana”. No sé, aquello me daba seguridad y mi hermana con un cuchillo me sacaba algunas monedas y, claro, yo que el dinero lo llevaba contado ponía el grito en el cielo y me chivaba a mis padres que lo restituían. Ahora, me río y lo comento con mi hermana. Sin embargo, lo que me está/nos está haciendo Mariano es mucho  más grave ya que es un adulto con uso de razón y, además, presidente del gobierno.



La hucha de las pensiones, denominada Fondo de Reserva se está quedando en los huesos porque desde 2012 se viene detrayendo dinero (ya suman 41.000 millones+6000 previstos para el 2016) de dicho fondo para poder pagar las actuales, pero Mariano está tranquilo…

El humo ciega sus ojos y no advierte que con sus medidas económicas, entre ellas la Reforma Laboral, el empleo que se crea es precario, jornadas parciales, dinero negro y mal remunerado, lo que conduce a que la Seguridad Social no pueda atender puntualmente sus pagos. Así se confirma con los últimos datos conocidos sobre la recaudación a dicho organismo. 

El número de afiliados se ha incrementado ligeramente, pero el empleo creado es precario, temporal y, así, un empleo de horas o días se contabiliza como un empleo creado. Se puede producir el fenómeno que dos medias jornadas se reflejen como “dos empleos” cuando las cotizaciones a la Seguridad Social solo aportaran la realidad de “uno”. Son trampillas de las estadísticas, travesuras de niños. 

Ahora “por cuestiones técnicas” el gobierno estudia que las pensiones de viudedad y orfandad se empiecen a pagar con impuestos. Sin embargo, ha anunciado su intención de bajar los impuestos para cumplir el talante del programa del PP. No entiendo nada…

Nos acusarán de vivir por encima de nuestras posibilidades, como a los griegos, y no sé si cuando llegue mi próxima jubilación cobraré en proporción a mis muchos años cotizados y es que con cinco años de congelación salarial, un robo en la paga que, gracias a Dios y a las elecciones con los años se me irá restituyendo, ya digo, no sé si podré pagar un plan privado de pensiones que me dará una caca y corro el riesgo de evaporización y que el estado asuma “en beneficio de todos” aquellas deudas que no puede pagar.

¡Qué tranquilidad aporta un gobierno serio y sensato!

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