jueves, 18 de enero de 2018

La peluca de Puigdemont

He leído que Carles Puigdemont aún no ha decidido si regresará a España para tratar de ser elegido presidente del próximo Govern de Cataluña, pero el  líder de JxCAT está valorando las alternativas para cruzar la frontera y presentarse en el Parlament el día de la sesión de investidura sin ser interceptado por las Fuerzas de Seguridad del Estado.


En ese instante han sobrevolado mi mente las imágenes de Santiago Carrillo en 1976, tras la muerte de Franco, regresando en secreto a España y siendo detenido, en una acción provocada por él mismo y previamente pactada con el gobierno de Adolfo Suárez. Formaba parte de una farsa cuyo objetivo era legalizar el PC.


Antes de este retorno, Santiago Carrillo, ya había mantenido conversaciones, a través de terceros, con el gobierno de Adolfo Suárez. Carrillo había ofrecido garantías de moderación de sus militantes, así como la aceptación del régimen monárquico y de la bandera nacional.

En el tablero se planteaba el conflicto entre legalidad y legitimidad, pero la democracia venía avalada por estados Unidos y la Europa democrática.

No es por casualidad que tenga Puigdemont su hogar allá en Bruselas…

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