El pensador anglo-paquistaní Tariq Alí, una de las voces críticas
de izquierda: activista, cineasta, periodista y novelista ha publicado “El
extremo centro”, un libro donde analiza la evolución política reciente de Reino
Unido, Europa y el mundo, con un gran
escepticismo sobre la evolución de la democracia.
Sostiene la tesis que los viejos partidos de centroizquierda
y centroderecha convergen: las políticas son las mismas. Así, la democracia se
convierte en una rutina que está vacía. En el caso de Europa son las
instituciones de la Unión europea quienes sostienen e imponen las necesidades
del capital financiero y cuando algún país europeo intenta tener una
alternativa, la aplasta con gran brutalidad, como hemos visto en el caso de
Grecia.
El capitalismo no necesita necesariamente del sistema
democrático (una vez concluido el peligro de La URSS), ya existió siglos atrás
con otros modelos políticos y, sucede, actualmente con China.
Los ciudadanos europeos que sufren esta crisis generada por
el capitalismo buscan nuevas alternativas políticas pero quedan eclipsadas por las
presiones del poder y sus errores internos. Podemos y Syriza fueron abanderados de este
cambio y los ciudadanos depositaron su confianza en ellos, pero lo cierto es
que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha capitulado por completo y ha
traicionado a su gente mientras que Pablo Iglesias ha perdido su vitalidad original, se
contradice y su posición de identificación completa con Syriza, después de su
capitulación, ha sido un gran error.
“Si defiendes que lo que Tsipras ha hecho es correcto, les
estás diciendo a los españoles que podrías hacer lo mismo”.
En el Reino Unido, Jeremy Corbyn y sus seguidores son una minoría diminuta en
el Parlamento y en el Partido Laborista. La mayoría le odian. Aunque ha creado
una situación interesante, porque se ha comprometido a reducir las armas
nucleares, renacionalizar los ferrocarriles, garantizar gas y electricidad...
que es lo que apoyaba la gente que le ha elegido. Pero la mayoría del Partido
Laborista son duros defensores del extremo centro.
Es una visión realista y pesimista, pero ya alguien dijo: “Un
pesimista es un optimista bien informado”.
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