viernes, 21 de octubre de 2016

Alfonso Sastre, el teatro social y soterrado

Comprometido en la lucha contra el franquismo, sostuvo una polémica con Antonio Buero Vallejo sobre el modo de instrumentalizar el teatro en la lucha contra la dictadura franquista; mientras que Buero defendía el posibilismo, es decir, aprovechar cualquier resquicio que permitiera la censura franquista para intentar cambiarla desde dentro, Sastre optó por un teatro más radical que apenas encontró forma de poderse representar fuera de círculos muy limitados merced a la presión de la censura y las dificultades que ponían los empresarios teatrales. Es por tanto, un teatro oculto y soterrado para la inmensa mayoría.


Nace en Madrid (1926) y su  trayectoria personal se ha caracterizado por su compromiso político y social. Empezó a finales de los años cuarenta con obras existencialistas solo o en colaboración con el grupo "Arte Nuevo", que cofundó en 1945 para acabar con el tipo de teatro burgués auspiciado por Jacinto Benavente.

Al igual que Gabriel Celaya: “Maldigo la poesía concebida como un lujo/cultural por los neutrales/que, lavándose las manos, se desentienden y evaden”, Sastre toma partido y se alía con los desheredados.

En 1950 firma el Manifiesto del Teatro de Agitación Social (TAS) e inicia una serie de polémicas en periódicos, libros y coloquios defendiendo la modificación activa de la sociedad por medio del teatro. Continuamente prohíben al grupo representar obras propias o ajenas.

En 1953 estrena su primer gran éxito, ‘Escuadra hacia la muerte’ que es interpretado por el Teatro Popular Universitario y prohibido a la tercera representación. La obra se desarrolla en una hipotética Tercera Guerra Mundial, en la que un escuadrón de cinco hombres, dirigidos por el Cabo Gobán, son enviados a un puesto de avanzadilla para informar de los ataques enemigos a la retaguardia. Los soldados, carentes de espíritu militar terminan, durante una borrachera, asesinando a Gobán, al que perciben como un obstáculo para su propia supervivencia.

En  1954 estrenó ‘La Mordaza’, que trata encubiertamente el tema de la dictadura, la represión y la censura. El déspota Isaías Krappo asesina a quien fue víctima suya durante una guerra civil y, aunque su familia lo sabe, sólo su nuera rompe la mordaza del silencio, compuesta de miedo, respeto y fidelidad familiar.


'El cuervo' (1957) Alfonso Sastre escribió también cuentos de terror, género al que era muy aficionado y seguidor de Edgar Allan Poe. En 1957 lleva al teatro ‘El cuervo’, la obra recrea el horror cercano al pánico que sienten los personajes al percibir que se está repitiendo un pasado que los atormenta: El asesinato y descuartizamiento cruel de Laura un año antes, sobre la nieve del jardín . Juan, su marido, y el resto de convidados, comienzan a dudar si el hecho se produjo o fue algún tipo de premonición, ya que las circunstancias de ese día se van repitiendo una a una. Hasta que la propia Laura aparece en la habitación. Ante la pasividad de todos, Laura sale al jardín de la noche nevada.

Otras obras importantes son: ‘El pan de todos’, ‘Oficio de tinieblas’, ‘MSV o La sangre y la ceniza, pero es ‘La taberna fantástica’ (escrita en 1966 y estrenada en 1985) con la que obtiene el Premio Nacional de Teatro. 

La taberna fantástica

Bajo la apariencia de un sainete trata el mundo lumpen y marginal. El teatro de Sastre no atiende sólo al contenido, también está preocupado por las cuestiones estructurales.

Al morir la madre de "el Rojo", él y otros quinquis -quinquilleros- reprimidos por la justicia y que actúan de modo compulsivo visitan la taberna de Luis y airean sus trapos sucios, se emborrachan y encolerizan y el Carburo apuñala al Rogelio -"el Rojo"-; todo termina esperpénticamente con romances y coplas a las "virtudes" del muerto. Los personajes se hallan desestructurados por su rol social y el lenguaje reproduce hasta lo ininteligible las jergas de gitanos y quinquis madrileños. 


Ese falso sainete deriva en la llamada tragedia compleja que muestra la situación de un grupo social de marginados con sus circunstancias (falta de preparación, educación, agresividad) y les da un enfoque grotesco que no anula, sino que potencia su dimensión trágica. 

Las coplas que cantan las virtudes del fallecido y una nota de prensa que nos ofrece la versión oficial del incidente  (totalmente manipulada y alejada de la realidad) nos ofrecen un aspecto satírico y la escena de los marginados contemplando en la lejanía las luces de los rascacielos de Madrid, símbolo de un bienestar y prosperidad inalcanzable para ellos nos brinda un carácter dramático.  

Son muchas las tabernas de la época que pudieron servir de modelo. La misma alusión al nombre de la taberna inspira, de nuevo,” a Poe y a la mala suerte” protagonizada por unos antihéroes expuestos a  los ataques de la sociedad y de sus propias pasiones incontroladas. 
 
Sastre militó en el Partido Comunista de España. En 1956 fue encarcelado por su participación en las protestas universitarias contra la dictadura. Un año antes se había casado con Eva Forest, que compartía con Sastre su compromiso político. En los primeros años de la década de 1970, Sastre abandonó el PCE, considerándolo demasiado reformista. Desde entonces, la actividad política de Sastre siempre ha estado ligada a la denominada izquierda abertzale.

 “Cervantes me ha acompañado siempre” ha declarado Alfonso Sastre, y ese sentimiento de homenaje al escritor español más universal quedó manifestado con 'El viaje infinito de Sancho Panza' (escrita en 1984 y estrenada en 1992), una revisión de la obra de Miguel de Cervantes, en el que se invierten los papeles de Don Quijote y Sancho Panza, en el que el primero se muestra reacio en seguir los impulsos del segundo para recorrer La Mancha, deshaciendo entuertos, enfrentádose a los poderosos. Todo narrado en perspectiva por Sancho en su visita al psicólogo, tras la muerte de su señor y su intento de suicidio.





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