lunes, 6 de febrero de 2017

Rasputín ‘El curandero de los zares’

Dotado de un poderoso carisma personal  y, según la leyenda, de igual atributos masculinos fue ganándose el favor de muchas mujeres de la aristocracia rusa hasta alcanzar a la zarina que lo consideró un hombre santo al lograr cortar una hemorragia de su hijo y heredero Alekséi Nikoláyevich Románov, que padecía de hemofilia. A través de imponer una esclavitud emocional a la zarina Alejandra, la familia Romanov cayó bajo la influencia de este controvertido vidente que llegó a gobernar el país mientras el zar se ausentó de Moscú por motivos de guerra.


Grigori Yefímovich Rasputín (1869-1916) fue un falso místico ruso con una gran influencia en los últimos días de la dinastía Romanov. También fue conocido como 'el Monje Loco'. Mostrando una apariencia similar a Jesucristo, ciertos conocimientos de las escrituras , una calculada ambigüedad dialéctica y una mirada fija y penetrante logró crear a su alrededor un halo misterioso que alimentaba el credo de las aristócratas rusas.

Gracias a una amiga de la zarina se introdujo en el palacio de los zares (ya se había ganado cierta fama de hombre santo y sanador mediante la oración) para cortar una hemorragia de su hijo y heredero Alekséi Nikoláyevich Románov, que padecía de hemofilia. El niño efectivamente mejoró - algunos investigadores sostienen que fue mediante hipnosis- y la familia Romanov, especialmente la zarina Alejandra, cayó bajo la influencia de este controvertido personaje. A partir de este momento, los zares rechazarían como una calumnia cualquier prueba sobre su conducta libidinosa.


Si Rasputín no salvaba de la muerte al hemofílico zarévich la especulación sobre el heredero al trono quedaba abierta. Gracias a esas aparentemente milagrosas curaciones la zarina Alejandra confió ciegamente en el curandero, ya que las pruebas de sanación que le producía a su hijo eran inexplicables. Confió también en los vaticinios del monje sobre los destinos de la santa Rusia, a la cual veía Rasputín en sus visiones "envuelta en una nube negra e inmersa en un profundo y doloroso mar de lágrimas".

Su afición a la bebida, sus orgías, el nombramiento de ministros del gobierno y de la iglesia ortodoxa y la sospecha de la connivencia de la zarina y Rasputín para alcanzar una paz con Alemania en la I Guerra Mundial llevaron a la conjura del príncipe Félix Tusúpov, en la que también estaban implicados un líder de la Duma, Vladímir Purishkévich, y dos grandes duques, Dmitri Pávlovich y Nicolás Mijáilovich, para asesinar a Rasputín.

La leyenda menciona que le dieron unos pasteles envenenados que no le hicieron efecto y que hubo que dispararle varios tiros para lograr acabar con su vida. Su cuerpo fue arrojado al río Nevá y, después de localizado su cadáver, le enterraron. Después de la Revolución de Febrero, su cuerpo fue desenterrado y quemado en el bosque de Pargolovo, donde las cenizas fueron esparcidas.


La leyenda convirtió a Rasputín en un personaje célebre y popular para diversas obras sobre su vida. Debemos destacar la película británica ‘Nicolás y Alejandra’ (1971) y la canción disco ‘Rasputín’ del grupo Boney M, basada libremente en la biografía del personaje histórico.

                     

Dotado de una gran intuición y lógica , como actor consumado, logró dejar una aparente predicción que, en realidad trataba de influir sobre el zar para que no permitiera de ningún modo el atentado que sufriría - ya habían fallado otros anteriormente – por una parte de la nobleza cercana a la familia zarista.

“Siento que dejaré la vida antes del 1 de enero. Quiero dar a conocer al pueblo ruso, al Papa (el zar), a la madre de Rusia (la zarina) ya los Niños lo que deben entender. Si soy asesinado por asesinos comunes, y especialmente por mis hermanos los campesinos rusos, tú, el zar de Rusia, no tendrás nada que temer por tus hijos, ellos reinarán por cientos de años. Pero si soy asesinado por boyardos, nobles, y si derraman mi sangre, sus manos quedarán manchadas de mi sangre durante veinticinco años y saldrán de Rusia. Hermanos matarán a hermanos, y se matarán unos a otros y se odiarán, y durante veinticinco años no habrá paz en el país”.

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