Jean-Philippe Blondel nos plantea en su novela, publicada en noviembre del 2013, ¿qué ocurriría si tuvieras que pasar 90 minutos en un tren junto a la última persona de este mundo con la que desearías reencontrarte?. Un inesperado reencuentro que ninguno de los dos deseó nunca. Un acontecimiento del pasado que ninguno quiere recordar. ¿Silencio y rencor o una segunda oportunidad?.
El tren de las 6.41 h, como cada lunes por la mañana, está a punto de entrar en la estación de Troyes rumbo a París, abarrotado de viajeros dispuestos a iniciar su semana laboral en la capital. Pero Cécile Duffaut, cuarenta y siete años, casada, madre de una hija adolescente y directora de su propia empresa de cosmética, no es uno de ellos. Viene de pasar un fin de semana en casa de sus padres y está deseando volver a París, donde vive.
En el andén, Philippe Leduc espera el tren. Va a París a visitar a su amigo Matthieu. Divorciado, con dos hijos adolescentes que prácticamente le ignoran y un trabajo aburrido, sabe que ni siquiera Matthieu le espera, que podría desaparecer para siempre.
Mientras, malhumorada, Céline —que maldice haber pasado la noche del domingo con sus padres y verse obligada a subirse a ese tren— descubre que a pesar del gentío, el asiento junto a ella ha quedado vacío. Por el pasillo del vagón avanza un hombre de mediana edad destinado, irremediablemente, a sentarse a su lado. No puede ser. Pero sí, lo es. Es él, Philippe Leduc. Cécile le reconoce al instante. Han pasado veintisiete años pero jamás podría no reconocer a la última persona con la que desearía encontrarse en el mundo, la única, probablemente, capaz de hacerle revivir, de un modo extraño, todo lo que ella era tantos años atrás, todo lo que ha tratado de dejar de ser.
El popular escritor Jean-Phillippe Blondel nos brinda un breve y enternecedor relato sobre aquellos que fuimos, aquellos que quisimos dejar de ser y que, de algún modo, seguimos siendo siempre. Una historia con la que todos aquellos que tememos reencontrarnos con algunos personajes de nuestra juventud nos sentiremos identificados.
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