jueves, 17 de diciembre de 2015

La vida de Brian, la parodia de los Evangelios y la izquierda en España

La vida de Brian (Life Of Brian, 1979) fue dirigida por Terry Jones y escrita e interpretada por el grupo inglés Monty Python. Trata la historia de un judío que nace el mismo día que Jesucristo y ya de adulto es varias veces confundido con él. De esta manera consiguieron eludir muchos problemas, aunque no impidió las típicas polémicas provocadas por el fanatismo. Tras su estreno en el Reino Unido, fue prohibido en Irlanda y Noruega. Así, en Suecia, había carteles que decían: "Esta película es tan divertida que la han prohibido en Noruega".


La película es una admirable sátira de las fervientes creencias religiosas, los movimientos políticos revolucionarios y las grandes películas bíblicas. Un humor, paradójicamente, en búsqueda de la seriedad racional. Un ejemplo es cuando un miembro del “Frente Popular de Judea, disidentes” proclama su deseo de ser mujer para tener hijos. “Eso no puede ser, no tienes matriz”, le responde el compañero y, sin embargo, otra compañera apunta: “podemos reivindicar el derecho a ser mujer” y el más sensato concluye: ¿qué sentido tiene reivindicar un derecho que no se puede lograr?. La cinta, en mi opinión, estaría entre las primeras veinte películas de humor de todos los tiempos. Combina inteligentemente singulares personajes con hilarantes gags marcados por el absurdo y el surrealismo.

                                  

Ambientada en la Palestina de Cristo y el imperio romano, el largometraje realiza una interpretación humorística de los Evangelios enlazándolos con situaciones modernas: feminismo, sectarismo, optimismo iluso (un coro de crucificados entona “Always Look On The Bright Side Of Life” (Mira siempre el lado positivo de la vida) o el “Romani ite domum”, que se inspira en el famoso "Yankees go home".

             

Se ríen de todos pero, sobre todo, de los más desfavorecidos a los que acusa de estúpidos: pelearse entre sí, hacer caso a falsos profetas, mujeres que se ponen barba para acudir a las lapidaciones, la falta de conocimiento político. Veamos dos ejemplos de lo mencionado:

                             

“Muy bien, pero además de la sanidad, la medicina, la educación, el vino, el orden público, las cañerías, las carreteras, los acueductos y la salud pública, ¡¿qué han hecho los romanos por nosotros?”.

         

El protagonista, Brian Cohen, nace en el portal de un establo, a unos pasos del lugar de nacimiento de Jesús, lo que en un principio confunde a los tres Reyes Magos, que venían a alabar al "rey de los judíos". Éstos ofrecieron los tres regalos (oro, incienso y mirra) a la madre de Brian, Mandy; poco después de salir del portal de Belén, se dan cuenta de su error y regresan a quitárselo de las manos.

Brian crece siendo un joven idealista que se resiste a la ocupación romana de Judea, incluso después de saber que su padre fue un centurión romano llamado Traviesus Maximus, que violó a la madre de Brian («¿Quieres decir que fuiste violada?», «Bueno, al principio, sí»).

Mientras asiste al Sermón de la Montaña del verdadero Mesías, Brian se enamora locamente de una joven rebelde y atractiva, Judith. Su amor por ella y el odio hacia los romanos le llevan a unirse al Frente Popular de Judea (FPJ), una de las muchas organizaciones partidistas y separatistas, que dedican la mayor parte de su tiempo a pelearse entre sí, en vez de acabar con la ocupación romana. El líder del grupo, le da su primer encargo a Brian: debe garabatear una pintada en la pared del palacio del gobernador. Recién acabada, se encuentra con un centurión y dos guardias que se detienen y, tras observar el escrito e indignados por la defectuosa gramática latina de Brian (escribió «Romanes eunt domus», a lo que el centurión le dice que significa «los llamados romanos marchad la casa»), lo fuerza a escribir el mensaje corregido («Romani ite domum», o «Romanos, marchaos a casa») cien veces. Al amanecer, las paredes del palacio están cubiertas por las pintadas. Cuando se hace el cambio de guardia a la madrugada, los nuevos guardias intentan detener a Brian, pero se escapa con la ayuda de Judith.

              

Brian entonces acepta participar en un complot para secuestrar a la hija del gobernador, con el fin de extorsionarlo. Sin embargo, durante la misión se encuentran con el grupo «Frente de la Judea Popular», una facción rival con el mismo objetivo de intención separatista y que también quiere capturar a la hija del gobernador. A pesar de los intentos de Brian, que les dice que deben trabajar juntos, las dos partes empiezan a pelear y el plan acaba siendo un fracaso. El fugitivo termina en un atril de oradores, en una concentración de aspirantes a místicos y profetas que gustan de arengar a la multitud. Obligado a hablar para camuflarse de los romanos, Brian comienza una oratoria llena de pseudo-verdades religiosas, y rápidamente atrae a un público intrigado que acaba convirtiéndose en un movimiento religioso que le aclama como “el salvador”.

Finalmente Pilatos, por decisión popular, ordena la liberación de Brian. Pero, en un momento, parodiando el clímax de la película Espartaco, varias personas crucificadas dicen ser Brian, un hombre incluso dice “Yo soy Brian, y mi mujer también”.

Garzón: "Sufrimos el complejo de 'La vida de Brian'

La situación de desunión que viven los judíos en la película es similar a la que presenta la izquierda en España. Así, Alberto Garzón, candidato a la presidencia del Gobierno de España por Unidad Popular en las elecciones generales de 2015 ha manifestado que “Sufrimos el complejo de la  vida de Brian” y eso ha sido el obstáculo para la confluencia con Podemos.

            


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