El asalto al tren de Glasgow, considerado "el robo del siglo" por la cuidada preparación de quince ladrones y dos informadores que, el 8 de agosto de 1963, interceptaron y desvalijaron unos de los trenes más famosos del Reino Unido que transportaba un cargamento millonario.
Era el tren correo entre la ciudad escocesa de Glasgow y Londres, que transportaba hasta 126 sacos repletos de dinero procedente de los bancos situados entre ambas localidades, que viajaban al abrigo de la oscuridad y cuyo contenido era conocido por unos pocos hombres.
Bajo uno de los puentes que habían de atravesar aquella noche les esperaban la banda de Ronnie Biggs y Bruce Reynolds: 15 ladrones escogidos por las especiales habilidades que podían aportar a una operación que, de producirse de acuerdo con el plan, los retiraría para el resto de su vida.
En torno a las 3.15 de la mañana el tren, que estaba apenas a 65 kilómetros de Londres, se paró inesperadamente bajo el puente Bridego, en el condado inglés de Buckinghamshire.
Era el primer éxito del plan ideado por Reynolds, que con una batería portátil cambió las luces del semáforo y forzó a la maquina a parar tras haber confirmado a medianoche, gracias a un informador en Glasgow, que el tren portaba todas los sacos de dinero de los bancos.
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