En Le train en marche (1973), el director francés Chris Marker rinde un homenaje a Alexander Ivanovich Medvedkin y su cine-tren de los años treinta.
Ese primer proyecto de noticiarios de actualidad, en los que se viajaba en tren, se rodaba por la mañana y se montaba inmediatamente para mostrarlo al día siguiente a aquellos a quienes se había filmado para que discutieran acerca de ello. Así todos los días para conseguir que el proletariado fuera una parte activa del proceso de construcción de la Unión Soviética.
En el documental, Marker intercala material de archivo, fotografías y una entrevista con el director ruso. El mediometraje se realizó originalmente como un prefacio de la película Bonheur (Felicidad) y Marker quiso a través de este documental gritar que Alexander Medvedkin existió y fue un gran cineasta y un comunista sincero en un país de comunistas que fingían serlo y que ofrecía, como dice Marker “cine en estado puro y no películas”.
Marker "cuestiona imágenes", justo lo contrario que Medvedkin, pero el primero evoluciona hacia ese cine directo que propone el segundo.
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