El Tren de la Memoria es un documental producido en el año 2005 que muestra como dos millones de españoles emigraron, en los años sesenta, a Alemania, Francia, Suiza y los Países Bajos. La mitad eran clandestinos y viajaban sin contratos de trabajo. El ochenta por ciento eran analfabetos. Ante ellos se levantaba el muro del idioma y las costumbres diferentes. Antes de la crisis, ciudadanos de otros países llamaron a nuestra puerta porque aparentábamos ser un país próspero. Llegan a nuestros pastos las siete vacas flacas y nuestros jóvenes vuelven a emigrar, pero casi nadie recuerda a aquellos compatriotas que se alejaron buscando la prosperidad en Europa, se fueron para unos meses y se quedaron treinta años.
Dicen que un pueblo que no recuerda su historia es, y será siempre, un pueblo condenado a repetir los mismos errores. Las autoras de este maravilloso documental son Marta Arribas y Ana Pérez, licenciadas por la Universidad Complutense de Madrid en 1987 en periodismo y Ciencias Audiovisuales. El documental data del año 2005 y con Josefina Cembrero como protagonista subimos al Tren de la Memoria .
Aquellos que soñaron una vida mejor
Josefina Cembrero fue uno de esos dos millones de españoles que soñaron con una vida mejor. Con ella emprenderemos otra vez el mismo camino que realizó hace cuarenta años. Un recorrido histórico y sentimental hasta su destino: el trabajo en cadena en la fábrica Q-Elle en Núremberg, Alemania. Con dieciocho años, la mayor de seis hermanos, sin apenas formación, y empujada por la necesidad y por la “psicosis migratoria” del momento tomó la decisión de salir por primera vez de su pueblo para subirse a uno de los trenes especiales para emigrantes sin saber muy bien qué le esperaba en su destino, en un país que nada tenia que ver con el suyo. Ella y sus compañeros de viaje, formados en un mundo rural, se desplazaron en el espacio de cuarenta y ocho horas hacia un mundo obrero sin cualificación profesional, trabajando en condiciones infrahumanas, viviendo en alojamiento insalubres, y muy lejos de una posibilidad de integración en la sociedad que les recibió.
Ahorrar y enviar divisas a España
La mayoría de ellos consiguieron su objetivo: ahorraron y enviaron unas divisas a España que fueron fundamentales para el desarrollo económico de nuestro país. Después, gracias al boom económico europeo de aquellos años, llegaría el turismo es un gran invento...
Aquellas divisas nunca se vieron recompensadas con la atención y el espacio informativo que hubieran merecido. De ellos sólo tenemos una imagen folclórica, ignorando el drama individual de unas personas que llegaron indefensas y desinformadas, dispuestas a trabajar de sol a sol para llenar la hucha y que poco a poco fueron tomando conciencia de sus derechos y comenzaron a luchar por ellos. Este es el caso de Josefina, protagonista junto con otras compañeras de barracón de una de las primeras huelgas organizadas por españoles, donde en la España de Franco jamás ninguno hubiera imaginado protagonizar.
Regulación de derechos y xenofobia
Sólo fueron una minoría pero gracias a ellos y a sus acciones (se ocuparon iglesias, se paralizaron fábricas..) los países de acogida fueron poco a poco regulando mejor derechos y deberes aunque al mismo tiempo fue apareciendo también la xenofobia. Se ha de reconocer también que los muros de esas dos sociedades separadas se resquebrajaron por varias partes: se celebraron matrimonios mixtos, hubo muestras de solidaridad de una parte de la sociedad nativa, manifestaciones de apoyo a los huelguistas y ciertas políticas que mejoraron y equilibraron los derechos de todos. Así, muchos emigrantes manifiestan sentimientos contrapuestos y admiten llevar “en su corazón” a los países de acogida.
El regreso a España
Relata Josefina Cembrero que cuando volvió a España siguieron las dificultades. “Te encuentras que no perteneces a ningún sitio, como emigrante en tu propio país”. Desde entonces Josefina se ha dedicado a trabajar en asociaciones de ayuda a los emigrantes.
En el documental algunas personas cuentan lo que nunca creyeron que iban a revelar. “Se fueron abriendo y salieron cosas que no habían contado ni en su familia, por el grado de humillación que suponían”.
La historia se conforma de avances y retrocesos: emigración en los sesenta, después el "por fin.. ya somos europeos" y ¿ahora qué?. Los periódicos informan que los españoles volvemos a mirar al extranjero, pero los legionarios son, ahora, los profesionales más cualificados y es que, a pesar del euro, todavía un franco son 14 pesetas.
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