martes, 22 de noviembre de 2016

Disparos por las montañas de Jaca

Los capitanes Fermín Galán y Ángel García se sublevan en Jaca el 12 de diciembre de 1930 contra la Monarquía de Alfonso XIII sustentada en el Gobierno Berenguer. Ambos militares fueron fusilados, pero su reconocimiento popular como  mártires y la instrumentalización política de los que les dejaron “colgados” (otra vez don Quijote) concluyeron cuatro meses después con la proclamación de la Segunda República Española.


Fermín Galán había sido condecorado en la guerra del Rif y había participado en la Sanjuanada contra la Dictadura de Miguel Primo de Rivera en 1926, circunstancia que le supuso, tras Consejo de Guerra, seis años de condena en el Castillo de Montjuic, donde tendría ocasión de conocer y entablar contactos con destacados líderes barceloneses del movimiento anarquista.

En 1930 se firma el Pacto de San Sebastián, una reunión promovida por la Alianza Republicana (Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical, y Manuel Azaña, del Grupo de Acción Republicana) que integra a otros grupos republicanos y a excolaboradores monárquicos como el socialista Prieto y al exministro monárquico, Niceto Alcalá Zamora. Allí se acordó poner fin a la Monarquía de Alfonso XIII y proclamar la Segunda República Española. Poco tiempo después se sumarían el PSOE-UGT y el conservador Miguel Maura.


En este clima político, el Comité Revolucionario acuerda el 15 de diciembre como fecha para el levantamiento. El capitán Galán establece contacto con otros militares como Ángel García, Salvador Sediles y otros oficiales. Además, establece contactos civiles, fundamentalmente, sindicalistas de Zaragoza.

El Comité Revolucionario retrasa continuamente sus movimientos y eso exaspera a Galán. Alejandro Lerrouux (un político funesto) nada más que sabe indicarle que “debe tenerse todo atado y bien atado”. Sin embargo, la indiscreción o la confidencia de algunos de los comprometidos le han hecho llegar al general Emilio Mola las intenciones de estos jóvenes oficiales. El general en una carta dirigida a Galán le escribe: 

“Sabe el Gobierno y sé yo sus actividades revolucionarias y sus propósitos de sublevarse con tropas de esa guarnición: el asunto es grave y puede acarrearle daños irreparables” (…) “No es el precio a la defensa que de usted hice ante el general Serrano, ni menos una orden; es simplemente el deseo de su buen amigo que le aprecia de veras y le abraza”.

Madrid, 27 de noviembre de 1930

El conocimiento de los planes por parte de Mola, las nieves invernales y las relaciones con el Comité Revolucionario (solo tiene el nombre) precipitan la acción del grupo de oficiales que el día 12 de diciembre se sublevan en el acuartelamiento de Jaca y proclaman la República en el Ayuntamiento, "en nombre del Gobierno Provisional Revolucionario".

Se inicia con la proclamación de la República desde los balcones del ayuntamiento de Jaca con el nombramiento de la primera alcaldía republicana como símbolo de su carácter estrictamente civil. Al mismo tiempo se organizan dos columnas dirigidas por el capitán Galán y Sediles que parten hacia Huesca. Nadie se ha unido al levantamiento. Les han dejado solos y abandonados. Las fuerzas gubernamentales de la Capitanía General de la V Región Militar, en Zaragoza son superiores en armamento y hombres. Tras un fugaz intento por parte de Galán de de atraerse a los oficiales de las tropas gubernamentales, se produce un tiroteo y ambos capitanes son detenidos. Galán logra escapar y, luego, se entrega asumiendo ante un Consejo de guerra la responsabilidad de lo sucedido, por lo que solicita sean absueltos de los cargos todos los oficiales que le han secundado.

El Consejo dicta sentencia condenando a muerte a Galán y al capitán García Hernández  y condenando a cadena perpetua al resto de sus compañeros. El 14 de diciembre, los condenados son fusilados en Huesca. Muere gritando: ¡Viva la República!, sin darle tiempo, ni ocasión para contemplar cómo los sinvergüenzas que tiempo atrás apostaban por la figura del Rey, ahora, lo harán por la República.

Tampoco la insurrección prevista, la del día 15 de diciembre, tuvo éxito, a pesar de que el general Queipo de Llano y el comandante Ramón Franco lograron tomar por unas horas el aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid, desde donde huyeron a Portugal al comprobar que se acercaban las tropas leales al gobierno de Berenguer y la prevista huelga general no era declarada en Madrid.

Las ejecuciones de los capitanes Galán y García Hernández causan gran conmoción en todo el país, despertando un sentimiento antimonárquico que se extiende como la pólvora por toda la geografía. Los ejecutados se convierten, así, en los mártires de la causa republicana, lo que precipitará el curso de los acontecimientos con la llegada, cuatro meses después, de la Segunda República. Más de lo mismo, unos idealistas abrieron el muro para que los listos de siempre pasaran después…


La primavera ha venido
de brazos del capitán.
Niñas, cantad a corro:
¡Viva Fermín Galán!
La primavera ha venido
y don Alfonso se va.
Muchos duques le acompañan
hasta cerca de la mar.

(Antonio Machado)

No hay comentarios:

Publicar un comentario