Nace dentro de las primeras Universidades españolas del siglo XIII: Salamanca, Valladolid, Lérida, Alcalá de Henares. Un origen anterior está en la figura de los trovadores o juglares que “tunaban”; es decir, llevaban una vida vagabunda, tocando algún instrumento musical y cantando.
En Europa aparecen los estudiantes llamados goliardos componiendo e interpretando canciones que chocaban con la escala de valores de su época, cantando al vino, al amor mundano y defendiendo la primacía del intelectual sobre el caballero.
La idea del grupo produce un sonido mucho más hermoso al combinar diversos instrumentos musicales : bandurrias, laudes, guitarras y panderetas.
En su origen las Tunas se encontraban conformadas únicamente por hombres, puesto que las mujeres no tenían acceso a la Universidad, por lo cual la aparición de las Tunas de mujeres es relativamente reciente. De hecho el tuno/tunante es un mal estudiante, pícaro, mundano y Don Juan que en la tradición “ronda” a una chica asomada al balcón que escucha las canciones.
Las tunas se suelen clasificar según las facultades universitarias a la que pertenecen sus miembros: Tuna de Derecho, Tuna de Medicina, Tuna de Empresariales, etc. A cada una de ellas se las distinguirá por el color que portan en la beca (banda en el pecho). Así, el color rojo para Derecho, amarillo para medicina, naranja para empresariales, etc.
Las Universidades actuales mantienen la tradición de las Tunas que han cumplido ocho siglos y, como en todas las cosas, tiene sus partidarios y sus detractores.
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