viernes, 17 de junio de 2016

No me gustan los guiños a los socialistas

Pablo Iglesias siempre ha hablado de “casta política” y en sus declaraciones integraba al PP y al PSOE. Es cierto que planteaba una diferencia histórica entre ambos partidos en relación a sus bases y a su electorado. Sin embargo, nunca ha dudado en señalar con el dedo a esa cúpula dirigente que ha traicionado siempre a la clase obrera. Pues bien, sucede que ahora…


“Afirma que en la Unión Europea solo se puede optar por la socialdemocracia y relega el comunismo a "debates de doctorado". Está claro que el socialismo real nunca va a llegar a través de las elecciones y que los intentos por la vía pacífica para cambiar el sistema han acabado malamente como sucedió en Chile. Cualquier intento de “reparto de la riqueza” va a ser saboteado a nivel nacional e internacional como sucedió históricamente con los Cien Mil Hijos de San Luis que eliminaron el trienio liberal en España para restaurar el absolutismo en Europa. En ese punto, totalmente de acuerdo.

Sin embargo, se equivoca Pablo Iglesias si siguiendo los pasos de Errejón y Bescansa llegan a una confluencia con el PSOE para ser más papistas que el Papa. Así, muchos no entendemos esos elogios a Zapatero y ese paso por la socialdemocracia que como señala acertádamente mi criticada Rosa Díaz “sólo les falta integrarse en el partido”. Me dan miedo esos socialistas como Felipe González que pasaron del marxismo a la socialdemocracia y, luego, al liberalismo más trasnochado…



No hay comentarios:

Publicar un comentario