jueves, 18 de junio de 2015

El Papa Francisco, un mensaje renovador de la Iglesia

Desde que el Papa Francisco accedió al Pontificado he observado cambios positivos en el discurso de la Iglesia y, en menor medida, también en algunas de sus acciones como ejercer de mediador en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba a favor de la distensión.


En España han sido relegadas determinadas figuras del ultracatolicismo y en sus palabras habita un espíritu renovador cuando ha manifestado: “Los padres deben tener solo los hijos que puedan alimentar y educar”, se aleja de esas posturas de “los que Dios mande” y “los hijos vienen con un pan debajo del brazo”, etc

He tomado nota de varias de sus posturas y frente al Papa nazi anterior surge un hombre de habla hispana, un latino que no abraza posturas de “panzer”.

Así, en una encíclica titulada Laudato Sí/Alabado Sea, divulgada hoy mismo, denuncia que el calentamiento global es real y que el principal causante es la actividad humana. Después dentro de dicha “actividad” señala como factores principales: un consumismo inmoral, una tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes que deben ser reemplazados sin demora por energías renovables.

Señala con valentía que los países ricos tienen “una deuda ecológica” con los pobres. Aseguró que los países en desarrollo están a la merced de las naciones industrializadas que explotan sus recursos para alimentar su producción y consumo, una relación que el Papa calificó como "estructuralmente perversa".

Rechazó el argumento de que solo a través del crecimiento económico se puede resolver el hambre, la pobreza y se puede recuperar el medio ambiente. Llamó esa filosofía "un concepto mágico del mercado".

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