lunes, 22 de junio de 2015

Muere Laura Antonelli, una mirada ingenua y perversa

Un compañero me da la noticia, la muerte de Laura Antonelli. El conoce  mi admiración por ese mito erótico del cine italiano de los años 70. Ha fallecido con 74 años y, yo, siempre la recordaré como esa mujer madura de senos turgentes que en la pantalla de cine flirteaba con el adolescente Alessandro Momo/Pecato veniale y con todos nosotros. Hay muchísimas mujeres guapas, pero pocas que tengan esa mirada y esa sensualidad que transmitía Laura (y los guionistas).



Laura nació en Croacia, aunque toda su vida ha transcurrido en Italia. Nunca realizó cine pornográfico, ni un erotismo soso/chica Play Boy. Lo suyo era un erotismo de fuerte carga sexual que refleja fundamentalmente en dos películas: Malizia (1973)/yo tenía 15 años y en Peccato veniale o Me gusta mi cuñada, en la traducción en español.

Malizia nos plantea la situación de un hombre con tres hijos que, al quedar viudo, debe contratar una mujer para atender las labores de la casa. Aparece Ángela, para hacerse cargo del hogar y convivir con cuatro varones: el viudo, el hijo mayor, el adolescente y el pequeño. Salvo el cariño del benjamín, los tres restantes la desean.





En Peccato veniale aparece la figura del adolescente Sandro que queda fascinado de los encantos de su cuñada.



Otras películas suyas son Camas Calientes, Sexo loco, Casta y pura y el Inocente, de Visconti. Esta última película la otorgó cierto caché por trabajar al lado del prestigioso director, aunque su auténtico caché fue ese sello propio de sensualidad mediterránea que te expresa: “Estás perdido”.

Sin embargo, paradojas de la vida, el mito, la fama, el dinero y el éxito condujeron a Laura a ser infeliz. Cayó en la droga, en intervenciones quirúrgicas que la desfiguraron la cara, en clínicas psiquiátricas y, finalmente, en la muerte de una mujer/al igual que Marilyn que no fue capaz de ser ella misma, al margen del producto comercial. 

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