viernes, 18 de marzo de 2016

Antonio Machín y el bardo

Antonio Machín (1903-1977) es más camp que yo. Recuerdo que a mi madre la encantaban los boleros y la música romántica de este cantante cubano que concluyó su vida en España. Sus canciones van ligadas al mundo de la radio y a las historias de amor de muchos españoles de aquella época. Alcanzó un éxito rotundo para, posteriormente, declinar ante un nuevo tipo de música con ritmo y fuerza que desplazó la música almilbarada de sus boleros, pero el mismo Joan Manuel Serrat admite que aprendió mucho de su música.


Miembro de una familia pobre, con numerosos hermanos, trabajó desde niño en diversos oficios. Fueron sus padres un emigrante español y una afrocubana. Comenzó trabajando en cafetines de La Habana y su reputación llegó a oídos de la burguesía habanera que le permitió, siendo un cantante mulato, que actuara en el Casino Nacional de La Habana, lugar de la burguesía más racista y excluyente. En 1930 deja Cuba y marcha a Nueva York y viene a España en plena posguerra. Aquí, en 1947, consigue su gran éxito ‘Angelitos negros’ (un tema contra la discriminación racial) y su fama llega a entrar en la fraseología popular: "Te mueves más que las maracas de Machín". Entre sus canciones más destacadas encontramos: ‘Dos gardenias’, ‘Toda una vida’, Bésame mucho’, ‘Madrecita’, ‘Corazón loco’, ‘Quizás, quizás, quizás’. Sin embargo, una de mis preferidas es ‘El bardo’ que espero os guste.

                             

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