miércoles, 9 de marzo de 2016

El Opus Dei, sonrisas beatíficas y puñaladas tipo mágico

La historia demuestra una oposición entre el Estado absolutista/teocéntrico y las ideas liberales que confluyen en la Revolución francesa, la Revolución americana/nacimiento de los Estados Unidos y la sublevación de las colonias españolas. Es un enfrentamiento entre una Iglesia integristas que une Dios y Corona con los movimientos liberales auspiciados por la masonería que estaba, ya, preparada para disputar el poder pues su nivel económico y cultural crecía en la medida que sabía “guardar el secreto” y, posteriormente, una parte de la Iglesia/El OPUS aprendió la lección…


El Código Da Vinci y El Opus Dei

El best seller de ficción, escrito por Dan Brown titulado "El código Da Vinci muestra al Opus Dei como una "secta católica" en su novela, Brown crea un relato en el cual se presenta a las personas de la organización como unos devotos fanáticos, utilizados por estafadores para fines siniestros. El autor dice que su retrato del Opus Dei se basa en entrevistas con miembros y ex-miembros, y en los libros que se han escrito acerca de la "Obra". Algunos exmiembros han denunciado públicamente las prácticas de la mal llamada “Obra de Dios”. Así en su página web: http://www.opuslibros.org/quienes_somos.htm, junto a ODAN (inglés) han roto la ley del silencio respecto a muchos aspectos de la praxis del Opus Dei, publicando: a) Sus prácticas de proselitismo agresivo sobre menores de edad, b) Su utilización de la mortificación corporal, c) El trato hacia las mujeres en la organización, d) La dirección espiritual colectiva, e) El vínculo contractual cuyas obligaciones los fieles no conocen sino con el paso del tiempo, f)La coacción psicológica hacia los que quieren marcharse y el control absoluto sobre las actividades de los miembros numerarios en todos los asuntos –relacionados o no con el fin de la prelatura–, g) Los tratamientos psiquiátricos para tratar la "crisis de vocación", etc...

El  Opus Dei practica el engaño, porque funciona en la práctica como una logia secreta, aunque personas bienintencionadas hayan sido atraídas y hayan pasado por desagradables experiencias. El fundador, José María Escrivá de Balaguer, llegó muy lejos, desde una familia humilde que tenía el sacerdocio como única salida económica, gracias a la dictadura de Franco. Su complejo de miserable fue más allá, y cuando ya era religioso, compró en 1968 el título nobiliario de Marqués de Peralta, demostración de su megalomanía o delirio de grandeza que recoge el mismo Juan de la Cierva.  Durante su vida, apoyó a la dictadura de Franco, y admiró a Hitler. Una frase suya: ‘Hitler contra los judíos, Hitler contra los Eslavos, esto significa Hitler contra el comunismo’. Increíble por su comportamiento personal pero acompañado de toda lógica “política” fue beatificado por el Papa integrista Juan Pablo II/anticomunista visceral.


El uso de la mentira

Una de las armas más peligrosas del Opus Dei es la mentira. Un exmiembro confiesa: “De los 11 años que estuve en el Opus Dei una de las cosas que no podía soportar era la de tener que sonreír siempre y a la vez mentir a todo el mundo”. He leído una clasificación de tipos de mentiras que me parecen dignas de destacar:

1.Mentiras de  encaminadas a sacar beneficio económico por medio de engaños induciendo a sus miembros numerarios a entregar sus sueldos y bienes, de forma que cuando las víctimas se dan cuenta,  no tienen posibilidad de recuperar el dinero que han dado durante años, ya que un punto de la estructura financiera del Opus Dei es el compromiso que, por su voto de pobreza, adquieren estos miembros numerarios/as de hacer entrega total de los ingresos que, a título personal, perciban por sueldos, donaciones, herencias, etcétera.

2.Mentiras de difamación para destruir la imagen de quienes les molesta eliminando a los adversarios y desacreditarlos para que no les crean cuando intenten hacer ver la realidad a los demás. Para realizar esta labor utilizan “voceros”.

3.Mentiras de falsificación en documentos. El título de Marqués de Peralta que consiguió el fundador de la secta fue mediante falsificación.

4.La utilización de mentiras para coaccionar a sus víctimas es algo ya instituido por el fundador de la secta Opus. Se intenta asustar a las víctimas mediante un lavado de cerebro, donde el miedo es un componente importante con la finalidad de disuadir a las víctimas de cualquier intento de dejar la secta, dejando a la víctima como alguien desequilibrado que no merece la menor credibilidad.

5.Mentiras de máscara les permiten infiltrarse hasta en partidos de izquierdas como el PSOE, ya que es muy sospechosa la figura de "socialistas católicos" porque el socialismo es incompatible por definición con el catolicismo. Asunto distinto es definirse como cristiano y socialista, pero nunca católico y, encima, “con la obligación moral de ir a misa los domingos”. Un buen número de sus integrantes y/o simpatizantes para enmascarar sus vinculaciones con el Opus se refugian en un eufemismo al uso y es que se autodefinen como personas “profundamente religiosas”. 

Por otro lado, tampoco es ningún secreto que el PP, desde su fundación como AP, nunca ha ocultado sus convicciones cristianas y en consecuencia nadie discute que es el Partido de referencia electoral para la Conferencia Episcopal. Los gestos genoveses, con reflejo presupuestario incluido, a favor de las tesis de la Iglesia Católica son tan obvios que resultan innecesarios traerlos aquí. Algunos miembros del Opus Dei, como Federico Trillo o Isabel Tocino fueron designados ministros por el entonces líder de ese partido, José María Aznar. De la misma forma, el ex fiscal general del estado Jesús Cardenal, es miembro de la prelatura. Otro miembro que también ocupó un alto cargo fue Juan Cotino como director general de la Policía Nacional española. En el actual Gobierno en funciones del Sr Rajoy nos encontramos con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, miembro supernumerario.

                                                                 Federico Trillo
                                                             

                                                                Jorge Fernández Díaz

Los miembros del Opus profesan obediencia ciega a la secta. La secta está por encima de todo y por supuesto por encima del Estado. Por esta razón, el hecho de que un miembro ocupe un cargo público, es en principio un peligro potencial ya que atiende a intereses de grupo/mafia y nunca al Estado y al beneficio público.  La Obra está en todas partes: la enseñanza, diversos medios de comunicación/COPE, policía, grandes empresas, políticos y JUSTICIA.

La presencia  de algunos de sus miembros y simpatizantes en élites financieras y políticas, sobre todo en las de tendencia católica conservadora, ha recibido el apoyo de diversos líderes políticos y empresariales como Lech Wałęsa de Polonia, Corazón Aquino de Filipinas, Ruth Kelly del Reino Unido, Raymond Barre de Francia, Charles Malik, ex-Presidente de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas; éstos son algunos de los personajes que consideran como positiva la influencia del Opus Dei en el mundo. Estos son parte de sus voceros, Lech Walesa lo fue de Juan Pablo II.

La Justicia y el Opus Dei en España

La Constitución recoge que nadie está obligado a manifestar sus creencias religiosas. La consecuencia de este precepto constitucional es que es imposible recusar en España a un Juez o funcionario que pertenezca al Opus Dei, y sea el responsable de la tramitación de un expediente administrativo o judicial, ya que no se puede demostrar que sea miembro de esta prelatura personal y tampoco se le puede exigir que lo diga...

Ellos en su mundo están convencidos que tienen la sartén por el mango, ya que nadie puede controlar sus sentencias. Bajo ese paraguas de que sus sentencias son inamovibles, y que solo se puede recurrir en otra instancia superior, los jueces de primera instancia, mercantil e instrucción se pueden permitir el lujo de prevaricar en sus decisiones, todas las veces que les den la ganas, son inimputables, porque tanto el Consejo General del Poder Judicial como la fiscalía, les pasan todas las burradas que se les ocurra, y aunque se les denuncien no pasa nada, solo los que dañan a la casta de los intocables, tienen sanción, el resto libertad para cometer los mayores disparates que se le puedan ocurrir.


Así, los catedráticos tienen libertad de cátedra en las Universidades Públicas, pero su responsabilidad civil y penal, no se las quita nadie. Los Abogados, médicos, asesores, notarios, enfermeros, conductos de trenes, de autobuses, de coches, etc. todos son libre para ejercer libremente su profesión, pero tienen responsabilidades civiles, penales, y algunas administrativas.

Jueces, secretarios de juzgado y fiscales dejan todos sus resoluciones por escrito. Es decir, los delitos que puedan cometer quedan registrados. Sin embargo, el problema es que  deberán ser juzgados por otros jueces y entre bomberos no se van a pisar la manguera.

El propio Presidente de la minoritaria Asociación de Jueces para la democracia, ya informó que el 70% de los jueces españoles, son del Opus Dei, y la Sala Penal del TS, está controlada toda por el Opus Dei. Solo el ex magistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón se enfrentó a la casta franquista. Si deseamos una auténtica Justicia en España debemos exigir a los partidos que estén “por un auténtico cambio” y que los jueces sean juzgados por el pueblo, mediante jurado popular.


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