miércoles, 23 de marzo de 2016

Demis Roussos, el Mediterráneo con sensualidad bizantina

Este titular se lo debo a un crítico de El País al escribir que: “temas como ‘Mañanas de Terciopelo’ sugerían un Mediterráneo que recuperaba una sensualidad bizantina". Los detractores del cantante y artista greco-egipcio se referían a él como un producto comercial. En efecto, los productores en los años 70 intuyeron que existía un mercado europeo del pop y así surgieron productos comerciales tan fantásticos como el grupo sueco Abba y Demis Rousos quien llegó a vender 60 millones de discos en todo el mundo. Un producto sin calidad no llega a esas cifras y menos abarcando áreas geográficas y culturales tan distintas.


Nació en Alejandría (Egipto), hijo de una familia griega expatriada tuvieron que regresar a Grecia donde logró cierta notoriedad con la banda Aphrodite’s Child. Allí su característica voz operística dio impulso a la banda hasta colocarla con cierto éxito internacional.

Tras la disolución de la banda inició su carrera en solitario con la canción Dance (Bailaremos), que, al principio no tuvo éxito, pero Demis hizo una gira por Italia, España y Francia y su primer single llegó a la primera posición en distintos países. Su carrera alcanzó la cima en la década de 1970 con una considerable cantidad de álbumes. Destacando su sencillo Forever and Ever (Por siempre y para siempre, en 1973).

Otros éxitos de esta década de los setenta fueron My Friend the Wind (Mi amigo el viento), My Reason (Mi razón), Velvet Mornings (Mañanas de terciopelo), When I'm a Kid (Cuando soy como un niño), Goodbye, My Love, Goodbye (Adiós mi amor, adiós), Someday, somewhere (Algún día en algún lugar), Lovely Lady of Arcadia (Adorable dama de Arcadia) y "Morir al lado de mi amor".

Sus canciones están grabadas en un gran número de idiomas. Traspasó el Mediterráneo y alcanzó a los países de habla inglesa y alemana. Reconocido por su laraga barba, luchó contra una depresión que en nada tenía que ver con su voz celestial y con una obesidad que era la causa de la utilización de tantas túnicas en su vestimenta.

Si tuviera que elegir una canción suya sería ‘Un día igual a los demás’ en la que ella llega a su vida “como un premio súbito”.

                       

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