jueves, 10 de septiembre de 2015

‘El parlamento de papel’ en la transición española


Antes de la muerte de Franco, la Ley de prensa e imprenta promulgada por Fraga en el 1966 abría ciertos rescoldos de libertad y, así, desde sectores liberales y democristianos -controlados por capital privado – aparecieron algunos medios contestatarios al régimen como fueron los diarios Informaciones, Madrid y el semanario Cambio 16.


A partir de la muerte del dictador (1975) a nivel nacional aparecen dos grandes diarios: El País y Diario 16 que asumen el rol del “cambio” ante la ausencia de partidos políticos. Las primeras elecciones generales del 77 suponen que la prensa en general respalde el proceso democrático e informen sobre los partidos y sus líderes. Todavía hay secuestros y multas para la prensa escrita y es una de las razones para que los editores se unan y constituyan la Asociación de Editores de Diarios Españoles.

El hecho periodístico más notable es el nacimiento de El País (1976) dirigido por Cebrián y que se convertiría en el “abanderado del cambio político” y el periódico de mayor difusión. En 1975 el periódico sindical Pueblo (incluido en la prensa del Movimiento) y el monárquico ABC (Luca de Tena) eran los diarios con mayor tirada. (sin contar los deportivos AS y Marca, los más leídos, pero no los más influyentes).

En Barcelona, el diario La Vanguardia y, posteriormente, El Periódico de Catalunya y Avui (editado en Barcelona y publicado en catalán para la difusión en Cataluña) son parte del puzle impreso a nivel nacional.

En Euskadi aparecen Deia, vinculado al PNV y Egin, señalado como portavoz de Herri Batasuna y de ETA.


Los semanarios más destacados:

El Caso, dedicado a los sucesos, informaba de crímenes, robos, etc en una línea de periodismo sensacionalista con una gran acogida popular.

Las llamadas revistas del corazón o cotilleo: ¡Hola!, Garbo, Semana, Lecturas, Diez Minutos (con el poster de una famosa que coleccionábamos los chavales).

Los semanarios de humor: El Papus y el Jueves

Los político-culturales dirigidos a los opositores al régimen y que suponían una minoría influyente en una sociedad analfabeta políticamente hablando. Entre ellos destacaríamos: Cuadernos para el Diálogo y Triunfo. El primero mezclaba el campo cultural con las ideas políticas y estaba vinculado a su promotor Joaquín Ruiz Jiménez. Destacó por la firma de colaboradores muy importantes. El segundo, vinculado a la izquierda intelectual, trataba también los temas culturales y políticos apostando por temas monográficos que disgustaban al stablisment y contaba con firmas tan interesantes como Luis Carandell o Manuel Vázquez Montalbán.



Interviu fue la primera que mostró fotografías de chicas en topless y famosas desnudas en sus portadas junto a la firma de muy dignos colaboradores y reportajes sensacionalistas de gran interés. Todos estos ingredientes comerciales la llevaron al éxito y al declive de las anteriores revistas mencionadas.

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