martes, 29 de septiembre de 2015

Mafalda, la chica de pelo negro entusiasta de los Beatles y que detesta la sopa

Hablar de Mafalda es referirnos a la famosa protagonista de las tiras humorísticas del dibujante argentino “Quino”. Una niña de seis años a la que Umberto Eco “amaba muchísimo y consideraba muy importante leer sus historietas para entender Argentina”.


El personaje se publica entre 1964 y 1973 y nace a través de un encargo para una campaña de publicidad encubierta para la empresa de electrodomésticos Mansfield, razón por la que el nombre de algunos personajes debían comenzar con la letra M (Mafalda/Manolito/Miguelito). No obstante, la campaña  no llegó a realizarse y la primera historieta de Mafalda se publicó en Leoplán, tras lo que pasó a publicarse regularmente en el semanario Primera Plana.

Las tiras gráficas nos presentan un mundo de adultos, entre gente normal/clase media porteña, desde la visión de una pandilla de niños en donde Mafalda ocupa el eje central de la historieta.

De hecho, los niños ocupan los roles de sus mayores y están inspirados en personajes reales. Un ejemplo es Manolito que es la copia de Anastasio Delgado, un inmigrante español dueño de una panadería. No obstante, contemplamos los personajes como niños y nunca como adultos en cuerpos de adultos.

El humor de Quino es ácido, ahonda en la miseria y el absurdo de la condición humana buscando una sonrisa amable, no la carcajada. Incluso los personajes que presentan determinados defectos del alma humana son tratados con benevolencia.

Se ha escrito que esa mezcla de pesimismo y humanismo es, en parte, producto de las vicisitudes de Argentina en sus últimos años y, quizás, del mundo latino en general. Por esa razón ha triunfado en España, Italia, Francia, Grecia y Portugal.

Sus padres y la pandilla

El padre es un oficinista que procura en todo momento la mesura en el gasto familiar y no comprende las reivindicaciones de las nuevas generaciones.


La madre es la típica ama de casa que abandonó su trabajo/proyección personal a favor de la familia. No quiere complicaciones para ser feliz y da lecciones de humildad a su rebelde/inquieta hija.


Mafalda es la protagonista. Representa el idealismo/optimismo que choca constantemente con la realidad/decepción. Plantea muchos de los ideales de aquellos años sesenta: acabar con el hambre, la guerra, reivindicación del feminismo, etc. Es entusiasta de los Beatles, el Pájaro Loco y los panqueques/pastel argentino. Detesta la sopa y se imagina estudiando idiomas y trabajando a favor de la paz en el mundo en las Naciones Unidas.

Manolito es el contrapunto de Mafalda. Representa las ideas capitalistas y conservadoras. Es tosco, ambicioso, materialista, pero no malintencionado. Siempre está pensando en el dinero y vende a sus amigos dulces a crédito y con intereses. Lleva el pelo cortado a cepillo y su cabeza es cuadrada. De mayor le gustaría arruinar a Rockefeller.

Felipe es soñador, tímido, perezoso y despistado, vive agobiado con sus tareas escolares. Le gusta jugar al ajedrez y no complicarse a vida.

Susanita es parlanchina, chismosa, pendenciera y rencorosa. Su meta es casarse y ser una madre de clase social acomodada. Sin embargo, valora mucho la amistad de Mafalda. Susanita es rubia y tiene bucles en el pelo.

Miguelito es muy simple y un enfervorizado defensor de Mussolini, entusiasmo inculcado por su abuelo. Es directo y sincero, pudiendo parecer cruel en algunos momentos. Sus cabellos recuerdan a una lechuga.

Guille es el hermano pequeño de Mafalda. Protagoniza las travesuras de la primera infancia y a pesar de su inocencia le gusta Brigitte Bardot, a sus padres les llama “los viejos” y le encanta la sopa.

Libertad es muy bajita de estatura. Su carácter incendiario lo proyecta contra el sistema establecido. Está “ a la izquierda de Mafalda” y espera “la revolución social”.

A pesar del gran éxito internacional, el 25 de junio de 1973, Quino tomó la decisión de no dibujar más tiras de Mafalda. Sin embargo, sus libros continúan reimprimiéndose y su personaje acompaña diversas campañas sociales como las de Unicef o Cruz Roja Española.



Algunas frases de Mafalda

- Nunca debimos dejar de columpiarnos
- Los políticos no suelen estar a la altura de nuestras expectativas.
- Es mejor trabajar para vivir que vivir para trabajar.
- Lo ideal sería tener el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho. Así pensaríamos con amor  y amaríamos con sabiduría
- Algunas personas no han entendido que la tierra gira alrededor del sol, no de ellas

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