Sus espectáculos se componen de una sucesión de gags, generalmente sobre situaciones corrientes llevadas al absurdo. Suelen ser historias muy trabajadas y con muchos detalles. No hablan de actualidad, no realizan imitaciones, no hacen chistes sobre políticos, ni se visten de ama de casa. Apenas emplean decorado o vestimentas especiales.
Su humor también se considera surrealista porque mezclan lo sencillo y lo intelectual tratando temas atemporales. Buscan la interacción con el público, que debe entender sus juegos de palabras y dobles sentidos. De hecho, recomiendan a su público haber acabado la educación obligatoria para apreciar completamente su humor.
Ellos nacieron en el madrileño barrio de Carabanchel (Madrid), pero el humor, cuando es del bueno, es casi siempre universal. Me encanta el humor inglés de Mr Bean porque “su cara, sus gestos, su egoísmo del personaje es mío/humano también.
El dúo comenzó su carrera en Madrid con espectáculos callejeros. Después, actuaron en bares, teatros y continuaron con apariciones en televisión, donde contaron incluso con un programa propio. Empezaron en televisión en el programa "Un, dos, tres...Responda otra vez" donde se hicieron famosos contando el mítico chiste del águila y posteriormente en el programa infantil Cajón Desastre donde hicieron sketches memorables. En su programa El orgullo del tercer mundo (TV 2) acuñaron la expresión "yo leo a Kierkegaard", respuesta del público en un momento de uno de sus gags. Esta frase nació como respuesta a la idea de los productores del programa de que era necesario crear una frase significativa que pudiera hacerse popular. Ellos se lo tomaron a guasa y se inventaron esta expresión pensando que nunca podría calar entre la gente.
En una entrevista, opinan que, actualmente, hay “un exceso de monologuistas censados”.
Le preguntan a Cansado:
- ¿El humor anglosajón es mejor que el nuestro?
- Faemino contesta: “Estoy muy preocupado con lo del meteorito…es que no vivo”.
- ¿Seguís leyendo a Kierkegaard?
- “ A Kierkegaard lo releemos. Cuando estamos excesivamente simpáticos, porque nos baja la presión. Tan optimista no se puede ser”.
- ¿La crisis?.
- "Ya tenemos experiencia en muchas crisis. La del ochenta y tantos, la del noventa y tantos. Entonces no había redes sociales y se pasaba de otra manera. Para las crisis tenemos muy mala memoria. Hasta pueden estar bien; pero olvidarlas te condena a repetirlas”.
Ellos señalan que “El caos se produce en el escenario, que es una catarsis. Como nuestra vida es sosa tenemos un espectáculo loco”.
- ¿Existe algún placer superior a la risa?
- El sexo. Si pudiéramos reír mientras hacemos el amor sería lo máximo, pero eso solo lo consiguen, según dicen, algunos tibetanos.
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