lunes, 13 de abril de 2015

Santiago Niño Becerra, el oráculo de Delfos

Santiago Niño Becerra, el economista-astrólogo, que con la publicación de su libro El Crash del 2010 vaticinó la actual crisis. Sus detractores le tachan peyorativamente de “brujo” por su afición a la astrología. Sin embargo, ha desempeñado diversos e importantes cargos en el sector siderúrgico y es catedrático de Estructura Económica en la Universidad Ramón Llul de Barcelona.


En 2008 anunció que la crisis, en nuestro país, duraría una década. Mientras tanto, otros economistas “serios” veían “brotes verdes”. Lo que más me gusta de él es ir a contracorriente de los economistas palmeros. En sus predicciones se mezclan aciertos y fallos, pero se moja y no juega con “a medio plazo” ¿Qué es medio plazo?, “si sucede tal cosa, es probable que…”.

Algunos le acusan de “gafe”, “pesimista” (cuando un pesimista es un optimista bien informado). Otros le defienden porque habla claro y no vende ilusiones.

Para el 2015 expone dos puntos fundamentales: a) Se va a empezar a abordar seriamente el tema de la deuda. Grecia, Portugal, Irlanda o España se salvaron por la intervención de Mario Draghi que calmó a los mercados y favoreció el pago de los intereses de la deuda (algo que todos saben no se va a poder pagar nunca). Grecia, incluso, encuentra unas enormes dificultades para abonar unos intereses tan elevados. Quizás, no renuncien a una “quita”, pero admitiendo tácitamente que la deuda no se pagará nunca y cumpliendo solo con los intereses.

"No diré que si Syriza no hubiese existido hubiera tenido que inventarse, pero la realidad es que Syriza está diciendo una obviedad: la deuda no puede pagarse y eso se debe abordar; y todo el mundo debe participar porque afecta a todo el mundo que estamos en una economía postglobal", asegura el economista catalán. b) 1.  Abordar el exceso de capacidad productiva existente.

En 2015 se atenuará la recesión, pero sus efectos se prolongarán hasta 2020.

Entre sus previsiones cumplidas cabe destacar: los países serán administrados por técnicos, la aparente recuperación del 2009 era un espejismo que sucedió gracias a estímulos económicos realizados por los estados inyectando en la economía miles de millones, la tasa de desempleo en España alcanzará el 20%, en 2011 habrá deflación y solo unos gastos mínimos de subsistencia por parte del Estado evitará males mayores.

Entre las previsiones fallidas: El gobierno congelaría bancos entre 2010 y 2011 impidiendo la retirada de capital, tipos de IVA al 23% en 2014 y subida del petróleo hasta los 250 dólares por barril en 2015. Sin embargo, ha tocado mínimos a principios de año.

Entre las predicciones futuras: niveles de renta media equivalentes a las existentes a principios de los años 80, niveles de desempleo estructural del 14% al 18%, habrá que repartir el trabajo, la mayoría de la población no tendrá vivienda propia y residirá en miniapartamentos, la jubilación tal como la concebimos actualmente, desaparecerá.

Además, no hace falta ser economista, solo aplicar el sentido común, para prever que si un joven comienza su vida laboral en torno a los 30 años, pasando por especie/becario gratuito, después percibiendo un salario por debajo del mileurismo, contratos precarios, etc, pueda, difícilmente, tener una pensión digna, pues su cotización será de mínimos.

Los que apoyan la Ley de la Reforma Laboral gritan: ¡Vivan las cadenas!.

      

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