jueves, 23 de abril de 2015

El maquinista de La General

A Buster Keaton le apasionaban los trenes. Seguramente por eso cuando tuvo una locomotora de verdad para él solo consiguió hacer con ella una obra maestra del cine y un prodigio de la comedia sin sonreír ni una sola vez.


Además del tren (se usaron tres auténticos para la película) Keaton contaba con un enorme presupuesto para la época y una historia real: el robo de La General durante la Guerra de Secesión americana, una anécdota muy conocida en aquel momento que adaptó convirtiendo a su patoso personaje de enormes ojos y cara de palo en el despistado héroe capaz de enfrentarse solo al ejército de la Unión para recuperar la máquina robada por el enemigo y, de paso, a su chica.


Keaton estaba obsesionado con la verosimilitud y el realismo de sus imágenes. Tanto que intentó utilizar la histórica locomotora rebelde para la película, pero alguien consideró improcedente prestar una reliquia bélica de tal calibre para una frivolidad como el cine. Aún así se las apañó para conseguir una máquina similar, la convirtió en una réplica idéntica y se empeñó en que funcionara con leña. Aprendió a conducir la falsa General tan bien como para detenerla sobre una moneda, a correr por los techos de sus vagones, a alimentarla frenéticamente con más madera y a hacer girar sus oxidados engranajes, provocando innumerables incendios a su paso y sin consentir que nadie le doblara en las escenas de peligro.


Keaton consiguió trascender la simple sucesión gags en otras películas de la época, enlazándolos de una manera precisa como una maquinaria del tren. Las piezas así ensambladas forman una estructura paralela entre las dos mitades de la película, la ida como perseguidor y la vuelta como perseguido, en una trama frenética que apenas deja respiros y que la protagonista femenina aprovecha para pasar la escoba.

Johnnie Gray /B Keaton tiene dos amores: su locomotora "La General" y su novia Annabelle. El amor  a una mujer y al oficio, pero con una fina ironía muestra el incidente desde el punto de vista de los soldados sureños, ya que, según Keaton "Siempre se puede convertir en ‘malos’ a los del Norte, mientras que resulta muy difícil convertir en ‘malo’ a alguien del Sur".


Hasta el final de su vida, Buster Keaton tuvo instalado en casa un enorme tendido ferroviario, metros y metros de vías surcadas por ferrocarriles de juguete. Keaton amaba los trenes, pero menos que el cine.

La película se estrenó en 1927 y es una de las más famosas del cine mudo . Tuvo malas críticas en su estreno y escasa rentabilidad económica. Sin embargo, con el paso de los años fue considerada como la obra maestra que realmente es  y “Pamplinas” (así llamaba el público en España a Keaton)  a ser reconocido como un gran mimo, equilibrista notable, director, productor y guionista.

Sinopsis de la película

El gran actor cómico narró la historia de Johnnie Gray, un maquinista de ferrocarril de la Western & Atlantic que tiene dos pasiones en su vida, su locomotora ‘La General’ y su novia Annabelle Lee (Marion Mack). Cuando estalla la Guerra Civil, Annabelle pide a Johnnie que se aliste en el ejército sudista para luchar contra la Unión. En el momento en que va a inscribirse no es admitido pues lo consideran más útil en su profesión de maquinista que en su posible aportación como soldado. Annabelle Lee cree que fue un acto de cobardía y decide no hablarle más. Un año después, Annabelle tiene que viajar porque su padre está herido, y lo hace en la locomotora de Johnnie, del que nada quiere saber. A mitad del recorrido un grupo de nordistas, intentando enlazarse con el ejército de la Unión en Chattanooga, deciden poner en marcha un plan que incluye el robo de ‘La General’. Cuando llevan a cabo su huida descubren que Annabelle permanece en la locomotora y se la llevan como prisionera. Johnnie intentará recuperar su locomotora y al mismo tiempo a su amada. Y comienza una espectacular persecución que propicia las mejores escenas del filme y algunas de las más memorables de toda la época del cine mudo, como la del cañón que desciende su ángulo de tiro y apunta directamente a Keaton. Esa persecución llevará a Johnny hasta detrás de las líneas enemigas, donde recuperará a sus grandes amores (su novia y su locomotora), conocerá los planes secretos de los unionistas y se verá envuelto también una nueva persecución contrarreloj -en esta ocasión será él el perseguido-, con el objetivo de advertir a los confederados de la amenaza que se cierne sobre ellos.

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