sábado, 2 de mayo de 2015

Lawrence de Arabia, detonador de trenes en el desierto

La película Lawrence de Arabia (1962), dirigida por David Lean, con un elenco de estrellas internacionales como Peter O’Toole, Alec Guinness, Anthony Quinn y Omar Sharif, compartieron rodaje con cientos de almerienses, que disfrazados de árabes o turcos, participaron en la película como extras.



Para inmortalizar en la gran pantalla la historia del británico Thomas Edward Lawrence al frente de las milicias árabes contra al imperio otomano en la Primera Guerra Mundial, Lean necesitó reproducir los enfrentamientos bélicos y recurrió a miles de extras y un ejército de centenares de dromedarios. Los campamentos y los combates se sucedieron en la inmensidad de unos parajes naturales, desérticos y polvorientos, localizados en países como España, Marruecos y Jordania.

"Lawrence de Arabia" se basó en el relato autobiográfico de Lawrence, "Los siete pilares de la sabiduría", en la que ese arqueólogo, militar y literato nacido en Gales en 1888 hacía memoria de sus andanzas en el norte de África y Oriente Medio.

Tras el inicio de la conflagración en 1914, el autor pasó de trabajar para la inteligencia británica en El Cairo a ser asesor del príncipe Feisal, hijo del jerife Hussein de la Meca y lideró una guerra de guerrillas que fue decisiva en el desmantelamiento del imperio turco.

A pesar de su éxito, T.E. Lawrence vio cómo su sueño de un mundo árabe unido e independiente quedó truncado por el tratado de Sykes-Picot de 1916, en el que Gran Bretaña y Francia se repartieron sus áreas de influencia en la región.Por esta razón, en Jordania  y en el resto de países árabes de la zona Thomas Edward Lawrence está considerado un traidor, espía de los británicos, que les engañó y preparó el terreno para favorecer la presencia colonial de Gran Bretaña en Oriente Medio.

La superproducción goza de un trabajo y unos recursos económicos incalculables (nada de trucos con ordenador) y en Sevilla y Almería se rodaron muchas escenas de la película.

En la desembocadura del río Alías, junto a la playa del Algarrobico en Carboneras, se construyó una réplica de la ciudad jordana de Áqaba de principios del siglo XX, formada por unas trescientas casas, incluyendo mezquita y edificios oficiales.



En un emplazamiento de dunas se rodó una de las escenas más míticas de la película, el asalto al tren. Para ello se construyeron dos kilómetros y medio de vía de tren y se compraron dos trenes a RENFE. Los trenes en la película son volados con dinamita, por lo que la escena sólo podía rodarse una sola vez. Se utilizaron siete cámaras distintas rodando desde diferentes planos para no perderse nada de la explosión. Este acontecimiento atrajo a gran número de prensa internacional que no quería perderse la espectacularidad de esa escena. Equipos de la televisión española, TVE, y de la británica, BCC, fueron desplazados hasta allí para cubrir el evento.



Iniciado en 1900 bajo el reinado del sultán otomano Abdul Hamid II, fue presentado ante el público como un tren religioso, ya que su objetivo aparente era hacer más cómoda la peregrinación a La Meca para los musulmanes de la región del Creciente Fértil. En realidad, su objetivo principal era facilitar el movimiento de tropas otomanas por el territorio árabe, como pronto denunciaron los nacionalistas árabes, y también aumentar los intercambios comerciales entre Damasco y la región del Hiyaz. Fue construido principalmente por turcos, con ayuda alemana, en particular del Deutsche Bank y de Siemens. En 1916 al estallar la rebelión árabe, el ferrocarril, por su papel en el transporte de tropas, sufrió varios ataques por la guerrilla de Lawrence de Arabia.

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