sábado, 16 de mayo de 2015

Tren nocturno al inconsciente

Soñar con trenes, por lo general, insinúa un deseo de cambio

¿Quién no ha soñado, alguna vez, perder el tren?¿Por qué reconozco esa cara desconocida que me mira en el vagón?. Para darnos algunas respuestas podemos consultar ‘La interpretación de los sueños’ de Sigmund Freud o las teorías de su discípulo Carl Gustav Jung, que cita: “Me he pasado más de medio siglo investigando los símbolos naturales y he llegado a la conclusión de que los sueños y sus símbolos no son estúpidos y sin significado. Al contrario, los sueños proporcionan la más interesante información para quienes se toman la molestia de comprender sus símbolos”.


Sigmund Freud (1875-1961)

Freud se sirvió de la interpretación de los sueños y de la libre asociación de ideas. Designó cuatro características de los sueños, que no son más que la manifestación de deseos sexuales reprimidos por la educación. Los rasgos de los sueños son la dramatización, la condensación, el desplazamiento y el simbolismo.


La dramatización alude al desarrollo de los diversos episodios que se desencadenan en los sueños; de ese modo, el deseo que se manifiesta a través del sueño se sirve de unas imágenes reconocibles que otorgan representación simbólica a las ideas menos descriptibles.

En cuanto a la condensación, Freud atribuía a los sueños el constar de una representación manifiesta que advirtiera acerca de diversas ideas en el contenido latente, que podrían desprenderse de la acción de un sueño determinado. Así, mediante un solo contenido cabía la posibilidad de deducir diferentes pensamientos alusivos a la revelación de un anhelo.

El desplazamiento se define como un recurso mediante el que el contenido latente del sueño, pleno de carga emocional y de significado, se expresa a través de otro más trivial y carente de importancia aparente. Así, es una imagen tradicional de Freud la representación de un tren entrando en un túnel como símbolo de relaciones sexuales. Podemos deducir qué significa el túnel, y a quién, y también el tren.

El psicoanalista es pues el traductor de ese contenido oculto, mediante el desciframiento de los diferentes símbolos empleados por el inconsciente en el desarrollo del sueño y de las asociaciones libres. El paciente ha de relatar durante la sesión aquellas ideas y sentimientos que le acudan a la mente, pronunciando las imágenes, las ideas, las percepciones tal como le arriben a la mente, sin preocuparse de engarzar pensamientos y olvidándose de las presuntas incoherencias a las que se exponga.

Sus colegas han criticado el protagonismo exagerado que atribuye al deseo sexual – seguramente acertado en el contexto represivo y claustrofóbico en el que vivió Freud – y de igual manera se niega el enmascaramiento del contenido, pues existen sueños en los que no se oculta clave alguna, ya que revelan deseos o intenciones evidentes.

Se le ha echado en cara a Freud  la nula comprobación mediante la experimentación de los postulados que proclamaba, pues no tenía en cuenta las circunstancias individuales de los pacientes, ni el influjo de los estímulos recibidos a través de los sentidos durante el desarrollo de los sueños. A través del pasado siglo, se dieron diferentes descubrimientos y se elaboraron diversas teorías que superarían la concepción de Freud acerca de los sueños, cuyos postulados se han superado totalmente hoy en día, sobre todo porque el médico austríaco los proclamaba como verdades cuya comprobación no era precisa. Sin embargo, Freud, dio el pistoletazo de salida para el moderno estudio de los sueños.

Carl Gustav Yung (1875-1961)

Se le relaciona a menudo con Freud, de quien fuera colaborador en sus comienzos.  Después de separarse de Freud comenzó para Jung una época de inseguridad interior y de desorientación.


Sus contribuciones al análisis de los sueños fueron extensivas y altamente influyentes. Se doctoró en siquiatría (1905) con su propia tesis doctoral: «Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos» y se interesó por la hipnosis. Señalaba: “La psicoterapia y los análisis son tan distintos como los mismos individuos. Naturalmente un médico debe conocer los denominados «métodos», pero las premisas teóricas sólo deben aplicarse con mucho cuidado… Para cada paciente se requiere un lenguaje distinto”.

Al leer la interpretación de los sueños de Freud lo que más le interesó  fue la aplicación del concepto de represión como mecanismo de defensa trasladado desde el campo de la neurosis al de los sueños Y es que en sus propios experimentos de asociación de palabras también Jung hallaba represiones a la hora de emitirse respuestas ante la sugerencia de determinados términos: o no se producían o el tiempo de reacción era comparativamente amplio. El experimentador se hallaba en este caso ante un complejo del paciente, lo cual no hizo más que constatar las mismas conclusiones a las que llegara Freud desde lo onírico.

Sin embargo, ya desde sus inicios Jung mantuvo su oposición a que la causa de la represión se hallara en el trauma sexual, constantemente podía corroborar en su propia consulta cómo existían numerosos casos que no se avenían a la sexualidad como etiología.


Jung le preguntó a Feud qué pensaba acerca de la precognición y los fenómenos ocultos Recibiría un más que predecible rechazo desde un prejuicio materialista y desde el positivismo más superficial. Sin embargo, transcurrieron algunos años hasta que Freud reconoció la importancia de la parapsicología y la autenticidad de los fenómenos ocultos.


La teoría junguiana cuestiona el postulado según el cual la razón puede conquistarlo todo, inclusive el inconsciente. Considera que la razón analítica no es suficiente para curar la psique y, más aún, que es precisamente esa actitud, basada en el lado racional de la conciencia, la que explica la mayor parte de los problemas mentales de los tiempos modernos. Aunque Jung va más allá al plantear una función trascendente de la psique que supera la aparente realidad de los opuestos irreconciliables.

“Filemón (arquetipo del viejo sabio/El Ermitaño) y otras figuras de la fantasía me llevaron al convencimiento de que existen otras cosas en el alma que no hago yo, sino que ocurren por sí mismas y tienen su propia vida.” (Carlo Gustav Jung. Recuerdos, sueños y pensamientos).

Para Jung el principio de los opuestos constituye un principio psicológico fundamental. Desde la perspectiva de la psique es posible comprender todas las formas de vida como una lucha entre fuerzas antagónicas. La principal oposición en la psique individual y colectiva es la que se presenta entre la conciencia y el inconsciente; esferas que en los sueños y mitos tienden a tener, la primera, un valor “masculino” y la segunda, uno “femenino”. Esta identificación de la conciencia con el hombre y el inconsciente con la mujer está relacionada con la mayor apertura de la mujer hacia el inconsciente y con la orientación excesivamente racionalista del hombre, que tiende a rechazar todo lo que no se conforme a la razón, aislándose de esta manera con frecuencia del inconsciente. La presencia de opuestos en la psique individual representa una tensión; las energías humanas surgen como resultado de las tensiones creadas por los opuestos en conflicto.

En La chaqueta metálica de Stanley kubrick hace una mención a las creencias junguianas cuando el protagonista, Joker, alude a la dualidad del hombre al mostrar en su vestimenta una insignia de paz con "nacido para matar" escrito en su casco.

Fellini prefirió a Jung en vez de a Freud porque la psicología analítica delimitó el sueño no como un síntoma de una enfermedad que requiere una cura, sino más bien como un enlace a imágenes arquetípicas comunes a toda la humanidad.


Lo que marcó la diferencia entre Freud y Jung fue su distinta concepción respecto al inconsciente. Freud entendía que existe un inconsciente personal, al que denomina subconsciente, y al que si bien le concede ser el motor principal de la psique, no pasa de un trasfondo de sentimientos acumulados a través de la biografía de cada persona. Jung no podía aceptar tal concepción que reducía de sobremanera la dimensión humana. Jung entendía un inconsciente que iba mucho más allá de lo biográfico o personal. Entendía un inconsciente universal y “suprapersonal” al que denominó Inconsciente colectivo....

Añade que en un período de la historia humana en que toda energía disponible se emplea en investigar la naturaleza, se presta poca atención a la esencia del hombre, que es la psique, aunque se hacen muchas investigaciones en sus funciones conscientes. Pero la parte de la mente de verdadera complejidad y desconocida, en la que se producen los símbolos, está aun virtualmente inexplorada. Parece casi increíble que, aun recibiendo señales de ella todas las noches, resulte tan tedioso descifrar esos mensajes para la mayoría, salvo para unos cuantos que se toman la molestia de hacerlo.

Anotar cada detalle del sueño

En el sueño el protagonista es siempre “el yo”  y es esencial notar y anotar cada detalle del sueño; así será posible identificar cuál es el sector al que afecta (familia, profesional, etc).


Soñar con trenes, por lo general, insinúa que existe en el individuo un anhelo de viajar. Es decir, de cambiar la rutina que vive.  La probabilidad  que dicho anhelo se realice depende de los símbolos que aparezcan en el propio sueño. Ej: si el tren parte y nos quedamos plantados en la estación, las probabilidades  del cambio se esfuman. Por el contrario, si hemos logrado subir y disfrutamos de contemplar el paisaje mirando a través de la ventana del tren con un sentimiento de gozo, el cambio se prepara y es positivo.

La misma estación también la hemos analizado, y lo curioso es que en los sueños casi siempre la soñamos como estación de partida y casi nunca de llegada, y es que también en la vida real es más fácil saber dónde estamos que adonde llegaremos.

La locomotora tanto puede significar al Yo consciente que dirige nuestra evolución, ya sea en bien o en mal, como el destino impersonal que nos arrastra.

Soñar con billete de tren significa buen presagio en tu vida profesional, cambio positivo dentro de la misma empresa.

Las maletas o el equipaje representan los deseos, las necesidades y las preocupaciones, que siente y que le pesan en la vida real.

Los trenes circulan sobre raíles, vías fijas que hablan de un camino muy marcado del que dependemos y viene dado. Los trenes pueden circular bajo el subsuelo como puede ser soñar con el metro, sueños normalmente llenos de contenido subconsciente y de aspectos de la sombra en la persona (ego).

El soñar con trenes es algo complejo, porque cada detalle tiene su importancia. Para captar toda su significación conviene anotarlo cuidadosamente al despertar. . Cada hora y media soñamos entre 15 y 20 minutos. El sueño tiene dos momentos: de amplificación personal e impersonal. Si soñamos con un tren preguntémonos qué recuerdos y sentimientos nos trae, qué nos dice, si nos gusta o disgusta. Luego ubiquemos el tren en un contexto más amplio. ¿Qué simboliza? ¿Qué recorrido hace? ¿Se ve la luz a través de sus ventanas o va soterrado? ¿Cómo nos sentimos nosotros y el resto de los pasajeros? ¿Vamos solos en el vagón?, etc. .En psicología se suele decir que un texto sin contexto es un pretexto.







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